Seducir a sus clientes a la compra, ese es el objetivo que Carlos Hurtado pretendía lograr en su vitrina experimental denominada ‘otoño’. Hurtado trabaja en la joyería Anahí y fue uno de los 35 participantes de la segunda versión del taller Escaparate y visual merchandising, organizado por la Cainco, que concluyó con una exposición de cuatro vitrinas.
El escaparatismo es una herramienta que fusiona el diseño gráfico, el márquetin, el arte, la iluminación y la creatividad. Así lo define la experta maestra del taller, Desireé Claros, que ya lleva cuatro años implementando unos 30 escaparates en la ciudad para empresas como Babycorp, Najera Nacif, Femenina, Ipanema, entre otras.
“Montar un escaparate puede valer desde los $us 500 en adelante,” asegura Claros y resalta que esta herramienta se distingue de la decoración de interiores porque no se enfoca solo en arreglar una vitrina, sino que intenta seducir al cliente con una temática en movimiento y mostrando algo del producto o servicio. “Mientras menos se muestre mejor”, recalca.
‘Un día de campo’, fue la temática de un grupo de estudiantes de Arquitectura para vender productos de una librería. ‘Luna de miel’, promocionaba servicios para novios o ‘explosión en movimiento’, para una empresa de servicios fotográficos. Todos tenían movimiento de personas, de iluminación y mostraban material reciclado entre sus paredes: periódicos, botellas, cartones, ramas, mallas, entre otros.
Incorporar mejoras
Claros recomendó utilizar bien los espacios al momento de promocionar un producto en una vitrina, considerar el fondo, poniendo atención en la iluminación, las alfombras u otros elementos que sean acordes a una temática específica.
Disart es una de las empresas especializadas en armar escaparates. Claros forma parte de esa entidad y asegura que la tendencia para este 2013 es la incorporación del movimiento en las vitrinas donde incluso la fachada puede ser interactiva.
Además, reveló que en Santa Cruz cuesta cambiar la mentalidad de algunos empresarios que intentan colocar todo a la vista, pero que poco a poco van cediendo a lo conceptual.
Natalia Jiménez estudia Arquitectura y al final del curso aseguró que el escaparatismo es un campo novedoso y que puede potenciar el turismo si se lo realiza artísticamente.
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