Su gusto por la repostería fue algo innato en ella, comenzó a preparar recetas sencillas de chocolates y los repartía entre sus familiares y amigos, luego empezó a venderlos por unidad, hasta que sus hijos la motivaron a que convierta ese pasatiempo en un negocio. Actualmente, la señora Estela Cegarra es propietaria de la pymes bombones Chity y prepara mensualmente una media de 60 kilos de chocolates entre unidades y cascadas, obteniendo buenas ganancias.
¿Cómo se animó a emprender un negocio propio?
E.C.: Todo comenzó cuando hice un curso de repostería, ahí aprendí a hacer chocolates y comencé a invitar a mis familiares y amigas. Cuando mis hijos vieron que había movimiento empezaron a apoyarme en las ventas y producción y así comencé a vender los chocolates y a ganar más clientes. Después con el apoyo de la Cainco pude tener una visión más clara de empresa. Aprendí a pensar como microempresaria, a saber cómo enfrentar las crisis. Ahora ya cumplí once años en el mercado y si bien los primeros años fue algo débil, ahora es un negocio consolidado con miras de expansión y crecimiento.
¿Entonces es un negocio rentable, tomando en cuenta la competencia en el mercado?
E.C.: Yo empecé como un gusto, ahora preparo chocolates para cumpleaños, quinceañeros, matrimonios, o sea, una cosa me llevó a otra. Para Navidad y Pascua es cuando más vendo, los demás meses es para fiestas privadas. Es un negocio rentable porque de no serlo no estaría comercializando mis bombones. En cuanto a la competencia pues mucho tiene que ver el sabor que se le da, la presentación del mismo producto. En mi caso, trabajo más a pedido, cumplo con las fechas y horarios de entrega. Si cada bombón tiene un valor de Bs 3, las ganancias que obtengo cuando es un pedido entre mediano y grande es más beneficioso para mí.
¿Cómo hace para promocionar sus chocolates?
E.C.: Participo en ferias, por ejemplo, el fin de semana estuve en la feria de empresas receptivas de turismo. Es la forma como nos damos a conocer, uno debe estar atento a las actividades y tratar de participar en todas. Cuando me contratan para cumpleaños me encargo de decorar la mesa con mis chocolates, coloco cascadas con frutas, y exhibo mis bombones en envolturas llamativas y bien ordenadas
Como chocolates Chity ¿Qué proyecciones tiene a futuro?
E.C.: Cuando comencé en este negocio fue con Bs 200, ahora que tengo algo más estable, dividí el terreno donde vivo en dos, una parte es mi vivienda, la otra mi cocina donde preparo los chocolates. Un proyecto que pronto se me hará realidad es que en mayo ofreceré mis bombones en un local del Comercial Norte, situado en el tercer anillo, entre Alemania y Mutualista. Para más adelante quiero contar con la maquinaria necesaria para procesar mi propio chocolate. Es un negocio que así como se gana también se invierte y no temo en seguir invirtiendo por algo que considero y creo que da buenos resultados. Cualquier negocio es así, uno debe arriesgarse, hacer números, sumar y restar para conseguir que se multipliquen tanto las ventas como las ganancias.
Actualmente en mi negocio me ayudan cinco personas y todo lo hacemos de forma artesanal, salvo para las cascadas, cuando me las piden recurro a maquinas especiales donde diluyo el mismo y lo mantiene fresco para ser consumido con frutas.
¿Por qué el chocolate nacional no es competitivo en el exterior?
E.C.: Yo trabajo con el chocolate nacional baure orgánico y con importado. Al cacao boliviano le falta un terminado por eso no podemos usarlo al cien por ciento y debemos buscar otras alternativas. Pero repito, mi intención es juntar el dinero necesario para darle una mejor utilidad. Como le digo, el chocolate nacional es bueno, solamente que le falta un poco más de procesamiento, sería ideal que el chocolate boliviano se exporte, pero aquí dentro además tenemos que competir con marcas de chocolates de grandes firmas. Sin embargo, no pierdo las ganas por seguir creciendo, los bombones son mi pasión, el cliente confía en mi producto y creo que eso hace que yo no pierda las ganas de seguir expandiendo mis chocolates. Hay que ser osados, tener viveza para los negocios no esperar a que los clientes lleguen, mi carta de presentación son mis propios productos. Los prueban una vez y me vuelven a pedir más.
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