Ese gusto picante que proviene del locoto -un fruto presente en gran parte de la gastronomía boliviana- que sirve para sazonar y resaltar los sabores de los alimentos ha sido trasladado al mundo de los dulces para convertirse en una mermelada gourmet.
Probarla es toda una experiencia. De una consistencia un poco más ligera que la mermelada tradicional, un color rojo vivo y con trozos de locoto, su sabor es inicialmente dulce, pero después de morder uno de los trozos todo cambia.
El dulce de la mermelada crea un contraste con el picante sutil del locoto dentro de la boca. El resultado: un sabor no muy explorado en la cotidianidad de la cocina nacional .
La mermelada, ya sea con galletas, en pan y acompañada con queso, mantequilla y otras combinaciones ofrece toda una gama de nuevas sensaciones al paladar. Y además puede incluirse como salsa para carnes y otras combinaciones imaginativas.
Todo se inició en Argentina, cuando la boliviana Mariana Salazar viajó a Buenos Aires para cursar una especialización como fisioterapeuta en danzaterapia, el uso psicoterapéutico del movimiento para promover la integración emocional, cognitiva, física y social de un individuo.
En la ciudad porteña consiguió trabajo en una empresa de catering llamada Pachamama, que se especializaba, entre otras cosas, en preparar pizzas integrales.
“Empecé a trabajar en esa empresa en 2002 y también a hacer berenjenas en escabeche, que comenzaron a venderse como conservas. En 2007 regresé a La Paz y abrí la pizzería Pachamama, una suerte de sucursal de Argentina”, relata Mariana.
Pachamama y los locotos
Con el tiempo, el emprendimiento se convirtió en una empresa de catering en La Paz, pero la fama de las berenjenas había quedado en la memoria de quienes conocieron la pizzería.
Fue así que Salazar empezó a recibir pedidos del escabeche de berenjenas, una conserva dueña de un sabor casero en la que no predomina la acidez, sino una gama de hierbas e ingredientes que se presenta al paladar como un abanico de sabores, entre los que se distinguen el romero, ajo y la albahaca, entre otros.
A inicios de 2012 tomó la decisión de producir en mayor cantidad las conservas de berenjena y también la mermelada de locoto, una preparación que Salazar aprendió gracias a la mamá de una de sus amigas.
Con el perfil de un emprendimiento artesanal y familiar nació Pachamama - Productos naturales e integrales. Las conservas se elaboran en la casa de Salazar, quien junto a su esposo Ezequiel Rodríguez se encargan de preparar y envasar las conservas para pedidos o ferias.
Desde el nacimiento de su empresa, que usa los lemas “la naturaleza tiene algo reservado para cada paladar” y “la naturaleza te alimenta mejor”, no han dejado de recibir pedidos.
Su logo está inspirado en las flores de loto y de sakura, que son simbólicas de varias culturas ancestrales del mundo que están relacionadas con la belleza, la espiritualidad y honor, entre otros valores.
“Cada etiqueta que está en los frascos es cortada y puesta a mano y es uno de los pasos más morosos, aparte de la higienización de los frascos y de la elaboración misma ”, dice Rodríguez.
El amor por los sabores
Pero, ¿cómo se pasa de una especialidad en danzaterapia a tener un emprendimiento de conservas y dedicarse a la gastronomía?
“Fui aprendiendo en Buenos Aires y la verdad es algo que me encanta hacer desde siempre. Como soy mamá (tiene una hija y un pequeño de un año) aprovecho de trabajar en casa”, dice.
Para ella, una de las más grandes satisfacciones -y punto culminante- de un proceso que inicia en la cocina de su casa en forma artesanal y hogareña es observar como las personas las prueban y disfrutan.
Esa sensación se asemeja a los aplausos finales que recompensan a un actor cuando ha concluido su trabajo sobre las tablas de un escenario. “Es una gran satisfacción”, dice Salazar.
Dentro del servicio de catering, preparan masas y pizzas integrales y vegetarianas combinando variados ingredientes como palta, choclo, huevo, berengenas y brócoli.
La siguiente feria donde Pachamama estará presente será en el Mercadito Pop dedicado al Día de la Madre, el 27 de mayo, actividad que aún no tiene un lugar definido.
De momento el contacto se hace vía telefónica 2777062. El costo de las conservas es de 30 bolivianos y se elabora también un frasco grande con berengenas a 50.
“Queremos que Pachamama crezca, pero al mismo tiempo queremos mantener su esencia artesanal que es uno de los secretos del sabor”, finaliza Mariana Salazar.
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