Un collar de vasos de chicha morada, una manilla con porciones de gelatina con chantilly o unas coloridas polleras ensartadas en una cadenita de plata son algunas de las creaciones en base a modelado de varillas de vidrio en fuego que se fabrican en La Paz desde principios de año.
El deseo de mostrar algunos aspectos de la realidad boliviana con joyas hechas a partir de varillas de vidrio se plasmó en realidad luego de que Bethânia Alcázar (26) emprendiera su negocio propio de cuentas de vidrio fabricadas una por una de manera manual en un pequeño taller montado en su departamento.
"Estoy tratando de hacer joyas que tengan un reflejo de nuestra realidad; ya sea algo tan sencillo como ir a consumir una gelatina con chantilly o apreciar algo que tenga una llamita. Es una realidad y no quiero globalizarme con esto”, explica mientras muestra con cuidado unas gotas de velas de Todos Santos.
Las conocidas cuentas de Murano son parte de la técnica italiana de "vidrio a la flama” del fundido de vidrio de la isla de Murano. Según Alcázar, las cuentas que están en el mercado para la elaboración de joyas no son de calidad (son de procedencia China) y que las suyas tienen todo un concepto detrás.
"Mi emprendimiento se diferencia de otros en que cada cuenta la realizó yo una a una en mi taller y tienen un concepto, quieren contar una historia, quieren decir algo, no son netamente decorativas”, afirma con orgullo.
Su taller, montado en una habitación de dos metros por dos en su departamento es el sitio donde pasa más tiempo en el día y donde suele crear sus joyas al ritmo de Los Beattles.
Logró realizar la instalación en una mesa donde reposan las varillas metálicas, las varillas de vidrio, el soplete de gas y oxígeno para fundir el vidrio, pequeñas planchas para moldear las joyas y el mineral conocido como "perlita” que sirve para enterrar las joyas calientes y recién moldeadas para su enfriamiento.
Mientras muestra pequeñas cicatrices casi invisibles en las manos a causa de quemaduras leves por manipular el fuego cuenta que si bien no se trata de llamas altas las que se utilizan siempre hay que tomar recaudos y que es un oficio en el cual hay que desarrollar técnica para evitar quemaduras. El esfuerzo de hacer algo diferente y presentarlo en un mercado amplio le valió ganar en octubre pasado el premio a mejor emprendimiento en manufactura otorgado por la Alcaldía de La Paz. A partir de esa experiencia positiva, su sueño es instituir a "Bethânia Design” como una marca líder en este rubro.
En la actualidad trabaja alrededor de 15 joyas al mes que las distribuye en una tienda de la zona Sur de La Paz. Las creaciones tienen "su valor” explica ya que son únicas y los precios oscilan desde un par de aretes a 28 bolivianos hasta un collar de 280. Con el premio logrado Bethânia pretende importar 10 kg. de vidrio (de Canadá y Estados Unidos) de diferentes tonalidades y colores para marcar una tendencia en la moda de la joyería con sus creaciones sin despegarse de los motivos nacionales.
A su juicio en el país tiene que desarrollarse el diseño independiente y también deberían crearse marcas propias para que se consuma lo que se hace con manos bolivianas.
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