Todas las mañanas, Ernesto Zapata Monasterio se levanta a las 5:00, en el ambiente exterior aún a oscuras, se sienta en una mesa, toma un bolígrafo y sobre su cuadernillo comienza a rayar trazos, garabatear posibles diseños, hacer cálculos y números. En su cabeza, danzan a esa hora de la mañana, las posibilidades, la lógica, el nivel de acogida que podría tener su nueva creación. Algunos proyectos se descartan, otros se guardan en espera de una mejor ocasión y otros cobrarán vida.
A las 6:00, si se trata de uno de los dos días de taller por semana, tomará sus herramientas y trabajará sin interrupción hasta las 22:00, dando forma, uno por uno a cerca de 400 ejemplares de 10 juegos salidos de su cabeza.
Si se trata de otro día, deberá viajar a La Paz, Oruro o Santa Cruz, o visitar oficinas, colegios y ferias para ofrecer sus productos: juegos didácticos Erny Toys, pequeños juegos de entretenimiento que divierten y ejercitan la lógica, la estrategia y la memoria.
De esas madrugadas de cavilación y largas jornadas de trabajo manual, salieron a luz juegos como el sabio y el tonto, la cruz, tres en línea, bowling, dominio silvestre, torre, cerbatana y el tablero de puntería, el lobo y las ovejas, y otros.
Todos estos juegos didácticos, psicotécnicos buscan estimular la agilidad mental y la lógica, sin distinción de edades. Por ejemplo, el sabio y el tonto es un triángulo con varios orificios para la fichas. El jugador puede comer “a cualquiera con cualquiera”, pero saltando, al estilo de las damas. Llegará un momento en que será imposible seguir comiendo. Gana quien más fichas haya logrado comer.
La cruz es un juego similar, pero con un grado mayor de dificultad. El bowling consiste en comerse fichitas como bolos, pero arrojando dados y sumando números. En el dominio silvestre, hay que llevar las cabras negras y blancas (fichas parecidas a las del dominó) a orillas contrapuestas saltando entre sí. Si los movimientos no han sido cuidadosamente pensados, el rebaño terminará atascándose. Y aún quedan proyectos en la cabeza, como el ajedrez de letras, la choca de cinco picos o el juego del oso.
¿Cómo llega este producto a una sociedad donde los chicos están todo el tiempo con sus juegos de celular o computadora?
Convenciéndolos del valor añadido de los Erni Toys. Además de todo lo expuesto sobre el desarrollo mental, estos juegos artesanales permiten la interacción entre los jugadores, ellos pueden verse frente a frente, conversar y establecer una comunicación más abierta y personal.
El emprendedor sabe que sus juegos no pueden venderse en una tienda esperando a que los clientes los busquen. Es él quien lleva los juegos a sus potenciales clientes en universidades, colegios, consultorios médicos, oficinas y otros, donde expone las reglas, invita a jugar y explica las ventajas de esta actividad lúdica. "Lo hago con mucho empeño, es algo que me gusta, lo hago con mis propias manos, me llena de vida, nunca se queda un juego en mi estante y la gente me lo agradece", concluye.
PERFIL
Su trabajo
• Ernesto Zapata es ingeniero forestal y muy aficionado a los juegos mentales y los trabajos manuales.
• Explica que hasta hace seis años se desenvolvía ofreciendo libros a domicilio, pero quiso tener un trabajo independiente.
• Pensó en trabajar con muebles (su otra pasión), pero vio que en este sector el mercado estaba muy copado y probó con juegos de mesa.
• Cuenta que al principio no tenía absolutamente nada, y que los primeros juegos diseñados los mandó a trabajar con un carpintero que le cobraba 5 bolivianos por cada unidad, lo que encarecía el producto.
• Con su primera ganancia, compró herramientas para trabajar él mismo (cortadora, lijadora, sierra caladora).
• Además, cambió la madera de pino que utilizaba al principio por cartón prensado.
Sus productos
• Con todos los cambios, Ernesto Zapata vende cada juego entre 20 y 30 bolivianos, según el modelo.
• Los precios bajan de costo si se los pide por mayor.
• En un ciclo de dos días puede elaborar entre 300 y 400 unidades.
• Por semana llega a vender 300 unidades.
• Su inversión es mínima, y aunque, después de conocer sus juegos, muchos bancos le ofrecieron créditos, el emprendedor prefiere, por ahora, no contraer deudas.
• Tras los dos días en los que literalmente se encierra para fabricar cada uno de sus juegos, vienen los viajes a La Paz, Santa Cruz y Oruro para ofrecer sus productos. Sus siguientes objetivos son Potosí, Chuquisaca y Beni.
• También hace conocer sus creaciones en ferias y actividades educativas.
• Lo que lamenta es que el Gobierno no controle el contrabando, pues la invasión de productos chinos le hacen competencia desleal.
• Para cualquier pedido, se lo puede buscar en la calle Colombia 3443 entre San Martín y Lanza o llamar a los teléfonos 77966541 y 4528382.
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