martes, 22 de diciembre de 2015

Un solo taller restauró medio millar de Niños


EL NACIMIENTO

La mayoría de las familias se olvida de los Ñiños tras la fiesta de los Reyes Magos y recién se preocupa en días previos a la Navidad, cuando vuelve a armar el Nacimiento.

La restauración de Niños es uno de los oficios más requeridos en días previos a la Navidad. En uno de los talleres más prestigiosos de Sucre se rehabilitan cerca de medio millar en un mes y la mayoría de los pedidos es la reparación de los dedos de las imágenes.

Luego de la fiesta de los Reyes Magos, las familias guardan el nacimiento, pero resulta que cuando vuelven a sacarlo para armar el pesebre, el Niño casi siempre tiene rota alguna parte y van en busca de un taller de restauración.

En el taller de arte “Niño Jesús”, ubicado en la calle Urcullo 649, zona de Surapata, la familia Herbas Carbajal fabrica y restaura Niños durante todo el año; sin embargo, desde finales de noviembre e incluso hasta horas antes de la Nochebuena recibe una avalancha de solicitudes para la restauración de las imágenes.

“El 90% de los niñitos que nos llegan siempre es con el dedito roto porque es la parte más frágil y la que está más expuesta”, comparte la restauradora Mirtha Carvajal que lleva 35 años en el oficio.

La restauración de Niños requiere tiempo y paciencia ya que, por ejemplo, tras la reparación de la parte maltratada se debe conseguir lograr la misma tonalidad de pintura que el resto de cuerpo.

“Es un trabajo que me gusta hacer, lo hago con dedicación, con amor y le presto toda la atención debida porque soy respetuosa de todos los trabajos que llegan al taller”, dijo Carvajal, al señalar que entre noviembre y diciembre recibe cerca de 500 solicitudes.

NIÑOS CUZQUEÑOS
Por su gran parecido a la anatomía humana, los Niños cuzqueños elaborados con mucha dedicación por los artesanos de Cuzco (Perú) en el periodo entre 1700 y 1800, son los más apreciados por las familias.

“En Sucre aún hay Niños cuzqueños, aunque cada vez son menos porque como van pasando de generación en generación, entonces como que se van extinguiendo”, comenta la restauradora.


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