Infinito3D fue creada por Eddy Escalante un ingeniero industrial potosino, de 27 años, que utiliza este nuevo proceso de manufactura con el que básicamente puede imprimir cualquier objeto. Para ello utiliza dos tipos de plástico de varios colores: el PLA (ácido poliláctico), hecho en base a maíz, y el ABS (Acrilonitrilo butadieno estireno), utilizado para fabricar piezas de automóviles y muy resistente. El material se emplea para la elaboración de diferentes objetos decorativos, souvenirs (recuerdos) y accesorios a pedido desde inicios de 2015.
"Soy un amante de la tecnología y éste me parece que es un proceso que te libera de muchas ataduras sobre diseño de casi cualquier cosa, por los requerimientos de matrices y producciones en masa que las personas solicitan. En cuanto a accesorios y souvenirs la personalización es clave y esta máquina te permite hacerlo”, detalla.
Actualmente, el emprendimiento cuenta con tres máquinas de impresión 3D, el área de impresión es de 20 por 30 centímetros, por un alto de 80 centímetros. Se pueden hacer impresiones por separado para luego ensamblar varias piezas.
Una idea sin límites
La historia de la impresión 3D se remonta a inicios de la década de 1980, cuando el estadounidense Charles Hull inventó el método de estereolitografía, un proceso de impresión orientado a maquetas para la prueba de prototipos. Casi una década después S. Scott Crump desarrolló la técnica de Fused Deposition Modeling que consistía en la creación de objetos tridimensionales mediante la superposición de capas de material fundido, que posteriormente solidificaba con la forma deseada, según reseña la web teleco-to-walk.
Lámparas, sonido y criptex
Gracias a esta tecnología, con la impresora se crean una calavera, un conejo, un círculo que no son otra cosa que lámparas que se iluminan con la linterna del celular. El costo de los modelos oscila entre los 100 bolivianos.
"Tenemos además los speakers, que sirven para amplificar el sonido que sale de los celulares, en este caso el IPhone 5 y el (Samsung) S4. Es un método con el que a través de un orificio se traslada el sonido para extraerlo con mayor potencia dentro del dispositivo impreso en 3D”, comenta Escalante.
Otra de las curiosidades que fabrica este nuevo emprendimiento, a través de la impresión en tercera dimensión, son los criptex, unos dispositivos de forma cilíndrica para ocultar secretos en su interior y que se protegen con una clave. Se presume que la creación de este artefacto fue obra de Leonardo Da Vinci.
Por el momento, la empresa se sustenta a través de los pedidos que recibe por adelantado; el producto que más se solicita son los llaveros, su capacidad de producción es de 50 unidades por día y cada llavero tiene un costo promedio de 10 bolivianos.
La idea se empieza a trabajar en la computadora en la que se utilizan varios programas como Sketchup en donde se realiza el diseño y se establece un código para hacer efectiva la impresión.
Aretes, tarjeteros, cajitas llamadas Iris que pueden servir como joyeros o para guardar monedas cuyo mecanismo de apertura es semejante al iris de una cámara fotográfica.
La imaginación no tiene límite a la hora de realizar las impresiones, Infinito3D ha impreso hasta moldes para galletas y a futuro tiene previsto involucrarse en uno de los nichos de esta tecnología como lo es la medicina en el área de las prótesis.
"Queremos abrirnos a mercados más interesantes como la medicina o en el ámbito del modelaje industrial para el desarrollo de nuevos productos, además del escaneo de diseños para piezas ortopédicas que ayuden a las personas”, finaliza Escalante.
Impresión 3D: datos y detalles
En las redes Infinito3D cuenta con un perfil en Facebook: www.facebook.com/infinito3d.
Tienda Las piezas que fabrica Infinito3D se comercializan en la tienda Steper, Galería Arco iris #1551 - Avenida Montenegro, entre la 21 y 22 de Calacoto.
Medicina La popularidad de la impresión 3D ha tenido un ascenso imparable en todos los campos. Uno de los que más está avanzando y que más controversia genera es la que tiene fines biomédicos. La experimentación con esta tecnología en la medicina se remonta a 1999 con el primer órgano impreso en 3D.
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