martes, 20 de agosto de 2013

"Kami", un emprendimiento tejido a crochet

La necesidad de conjugar la maternidad con el trabajo llevó a Karina Mendoza a emprender un negocio de joyería que, además de ser redituable, está marcando una nueva tendencia pues ofrece joyas artesanales elaboradas con pedrería e hilos de plata tejidos a crochet.

Mendoza, titulada en Administración Turística, cuenta que la joyería siempre ejerció atracción sobre ella, es por eso que hizo cursos para trabajar joyas de plata; pero era sólo un hobby pues seguía trabajando en su profesión.

Sin embargo, llegó la maternidad y tuvo que dejar de trabajar para dedicarse a su hijo. Pocos años después, la llegada de un nuevo hijo coincidió con un nuevo curso, esta vez aprendió a trabajar hilos de plata tejiéndolos a crochet.

"Simplemente quería aprender, todavía no tenía en mente la idea de hacer un negocio", recuerda. Pero tres años después, la coquetería femenina le hizo tejer un diseño para lucirlo en una boda a la que estaba invitada, el diseño fue elogiado por otras invitadas y su esposo le lanzó el desafío al proponerle hacer diseños para vender.

A través de amigos e investigado en Internet, averiguó que la materia prima de buena calidad había que adquirirla en Perú. Dio la casualidad que una hermana suya viajó a ese país y pudo comprar los hilos de plata. Así, desde febrero pasado, Mendoza comenzó a elaborar aretes, collares y anillos hechos con plata tejida y pedrería.

Su primera herramienta de marketing fue la familia y la segunda, la red social Facebook, donde abrió una página para exhibir fotografías de sus creaciones, también le sirve para reclutar promotoras de venta y hasta para recibir sugerencias sobre nuevos diseños.

"Mi tienda es Facebook, ahí cuelgo los modelos y por correo electrónico me mandan sugerencias; pero el apoyo de mi familia ha sido y es muy importante", resalta.

Trabajo en familia

Para Mendoza, lo mejor de su emprendimiento es que ahora es dueña de su tiempo y puede atender a su familia incluso cuando trabaja pues, según cuenta, sus hijos participan ensartando piedrecillas o contándolas para determinados diseños.

"Este trabajo te relaja, te genera ingresos y permite estar con la familia", dice satisfecha.

Pero no sólo las ventas o los diseños se hacen en familia pues la administración del negocio la planifica con su esposo, quien es administrador de empresas. Juntos deciden sobre los precios, el marketing y hacen seguimiento a las ventas.

Entre huayrurus y amatistas

Mendoza recuerda que el primer trabajo que hizo fue en base a huayrurus, unas semillas de color rojo y negro a las que la creencia popular les atribuye influencia para atraer la buena suerte. Ahora trabaja con circones, piedras de cristal Svarovsky y amatistas. Explica que a veces teje en base a diseños preconcebidos y otras empieza a crear a medida que va tejiendo...

Mercados

Joyas Kami tiene mercados en Alemania, Estados Unidos y Brasil, logrados gracias a contactos familiares y vía interntet.

Mendoza cuenta que una prima suya, ciudadana alemana de padre boliviano, llevó varios diseños a Alemania y logró conseguir pedidos para fin de año.

Internet logró que un interesado que vive en Estados Unidos le contactara y ya hizo su pedido. Algo parecido sucedió para abrir mercado en Brasil.

"Los clientes están satisfechos con los diseños, no hay modelos iguales, además, como soy zurda, los tejidos tienen un estilo diferente al punto original y creo que eso también hace una diferencia", señala.

Para fin de año, Mendoza alista una colección en base a circones y piedras blancas y ya trabaja para cumplir los pedidos en Alemania y Estados Unidos.

Karina Mendoza | Emprendedora

"Este trabajo te relaja, te genera ingresos y permite estar con la familia"

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