martes, 13 de agosto de 2013

Andrea Durán es una joven emprendedora que elabora tortas y cupcakes con diseños originales e innovadores.

Un concierto del grupo juvenil One Direction o el símbolo del rock and roll son sólo algunas de las creaciones de Andrea Durán, una emprendedora que creó "Manos de azúcar Bolivia", un taller de repostería donde cualquier idea puede convertirse en una original torta.

"Manos de azúcar Bolivia" es el emprendimiento de Durán iniciado en septiembre del año pasado que tiene como carta de presentación la repostería artesanal complementada con lo mejor en decorado de tortas. "Llámanos y pon a prueba tu imaginación", reza parte del lema de la microempresa.

Durán explica que este negocio es enteramente familiar, pues ella es quien elabora la masa y la decoración, ayudada por su hija y su sobrina; su madre le ayuda con la preparación de las tortas y brownies y su padre con la parte artística del decorado, ya que él es un restaurador de antigüedades, lo que le permite aportar con un toque artístico.

Durán cuenta que desde niña le gustaba la repostería, ya que su madre también preparaba tortas y galletas; pero al crecer eligió la Ingeniería Ambiental como su profesión.

Tiempo después, con cinco hijos y un trabajo que no le permitía dedicarles tiempo, optó por dejar su carrera para poder estar más tiempo con su familia y, a la vez, cumplir su sueño de tener un negocio dedicado a la repostería. Algunos cursos de actualización en pastelería sumados a su talento innato bastaron para comenzar con el emprendimiento.

Durán dice que no tiene el dato exacto de la inversión que requirió porque fue comprando el equipamiento "poco a poco", desde la cocina hasta los moldes y otros implementos. Cuenta que en principio sólo elaboraba tortas, pero después empezó a diversificar su producción, preparando cheesecakes, muffins, pies y cupcakes.

Actualmente, prepara tres tortas por semana, el precio varía de acuerdo a las porciones que contenga la torta y también dependiendo del sabor y del decorado. Así, una porción puede costar entre 12 y 18 bolivianos.

Durán sólo hacía tortas a pedido, pero hace poco empezó a venderlas en dos confiterías.

La emprendedora afirma que le gusta innovar y que los productos sean originales, indica que tiene una relación estrecha con sus clientes puesto que conversa con ellos y juntos definen qué característica debe tener la torta o el cupcake, ellos le mandan fotos y ella trata de recrear la torta lo más cercano posible a la idea del cliente.

Afirma que nunca dice no a ningún pedido y que está abierta a probar con nuevos sabores y decoraciones porque le gusta innovar y diversificar.

Entre sus expectativas está poder ofrecer sus productos a más confiterías y contratar más personal para el taller, porque siente que "ya la familia no puede sola" con el trabajo.

DE PERFIL

ANDREA DURÁN PERSONAL

Nació en La Paz hace 32 años, vive en Cochabamba hace 16. Está casada con Daniel Fiorilo y tiene cinco hijos, tres niñas de 13, 10 y nueve, y dos varones siete y cinco años. Su hija mayor la ayuda con la elaboración de las tortas y la decoración de los cupcakes, su sobrina también ayuda con el pequeño negocio que emprendió Andrea Durán hace casi un año.

LABORAL

• La emprendedora Andrea Durán es titulada en Ingeniería Ambiental y antes de dedicarse a la repostería hacía trabajo de consultoría.

• Antes de iniciar el negocio, realizó varios cursos de repostería.

• Dejó su carrera porque quería pasar mas tiempo con su familia y cumplir su sueño de poder vivir de la repostería.

FACEBOOK, UN ALIADO

La emprendedora Andrea Durán cuenta que la idea del negocio de repostería comenzó a hacerse realidad cuando hacía queques para el Lactobar del Parque Ecológico de Pairumani, allí renació su amor por la repostería y decidió crear su microempresa.

Al principio, hizo publicidad de sus productos ofreciéndolos a sus amigos y conocidos, pero desde que creó la página "Manos de azúcar Bolivia" en la red social Facebook se han incrementado notablemente los pedidos y también las ganancias. Recuerda que ofreció sus tortas para el Día de la Madre de este año y la oferta incluía desayunos especiales. "Desde ese día se disparó la venta de tortas y de otras masitas", recuerda.

Debido al éxito de su microempresa le fue posible iniciar la construcción de un pequeño taller, en su propia casa, para tener un espacio dedicado exclusivamente a la producción de las masitas y tortas que se elaboran en "Manos de azúcar Bolivia".

Cuenta que su sueño es que el negocio crezca lo suficiente como para que le permita tener su propia tienda con varias sucursales, aunque sin duda el teléfono y su página en Facebook seguirán siendo sus mejores aliados.

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