Manos laboriosas, pero ante todo solidarias, se encargan de elaborar una variedad de masas, dulces y tortas típicas alemanas como el tradicional pan 5 semillas o el baguette con sabor a cebolla, tocino, comino y almendras, entre otras exquisiteces de este país europeo que son distribuidas a comercios de alto prestigio en la capital entre ellos el hotel Los Tajibos, el restaurante La Suise y la cadena de supermercados Slam.
Lo más importante es que los recursos logrados no tienen otro fin que no sea el de la solidaridad y el agradecimiento. Se trata de la panadería Dulce Hogar, que opera dentro del proyecto, Barrio Juvenil Don Bosco, que es promovido por este organismo social con la finalidad de acoger a jóvenes en desventaja social a partir de los 15 años de edad.
Pan para manos pequeñas. Quizás esta etapa es una de las más satisfactorias para los voluntarios y religiosos que apuestan por brindar apoyo a los niños y adolescentes que por diversos motivos no pueden ser criados por sus padres, pues en él se puede apreciar los resultados de la formación y capacitación que brindan con la finalidad de alejarlos de los riesgos de las calles para reinsertarlos social o laboralmente.
Es que esta panadería, que fue montada con el apoyo de la Asociación Pro Niño Abandonado Lydia Wiedamann y otros voluntarios de Alemania, no solo permite que los jóvenes que están por concluir su ciclo en los hogares por mayoría de edad, sean capacitados y formados en esta especialidad, sino que a la vez permite que niños de más de 15 hogares pueden llevar día a día un pan a la boca a través de la donación que los mismos jóvenes y la institución realizan como principio básico, pues los costos de producción son absorbidos por ellos mientras que las donaciones se financian con ayuda local y extranjera.
Testimonios de jóvenes que se unen al proyecto para seguir formando. "Para nosotros, más que una fuente de empleo, hacer este trabajo es una bendición, ya que podemos contribuir a que cientos de niños que están en el lugar que nosotros estuvimos, tengan asegurado el alimento fundamental", señala muy convencido de sus palabras Elías Sánchez, quien se adaptó a la vida de los hogares a los 12 años, cuando su padre fue preso a Palmasola por un crimen que cometió y luego de que su madre se viera imposibilitada de asumir su crianza.
"Cuando cumplí mi mayoría de edad decidí que tenía que seguir en esto y tuve la ayuda del padre Octavio, que me ayudó para que ingrese a estudiar a Infocal a estudiar electricidad industrial a nivel técnico medio, luego de tres años me metí en este proyecto y sentí que debía quedarme porque así podré ayudar a otros niños y jóvenes con mi trabajo. Así ganamos todos", expresó.
Precisamente, uno de los que ganó y mucho, fue Richard Salazar, que está por cumplir 19 años de edad. A él sus padres, naturales de Vallegrande, lo ingresaron al hogar Mano Amiga, cuando tenía 10 años por no contar con la posibilidad para criarlo, pues le siguen otros ocho hermanos.
Hace poco, al cumplir la mayoría de edad, se preocupó al saber que debía salir a enfrentar el mundo nuevamente. Sin embargo, le sugirieron ingresar a Barrio Juvenil, para que allí estudie y trabaje.
"En un principio me asusté, pero ahora veo las cosas diferentes. Estoy poniendo todo mi empeño para aprender, trabajar y ahorrar para poder ayudar a mis padres y hermanos", dice el joven que ante la situación debe estudiar en un colegio nocturno, pues no olvida su deseo de ser comunicador social. "Quiero entrar a la universidad y trabajar en radio o televisión, pues me agrada mucho esta área", dice el muchacho.
Una carpintería que también se abre mercado. Cabe destacar que la panadería no es la única oferta de formación y capacitación que ofrece esta institución social, pues además los jóvenes son capacitados en cursos de jardinería y carpintería.
Esta última, también se está abriendo al mercado gracias a la creación de muebles y accesorios en madera, tallado y escultura, los cuales son promovidos en las diferentes ferias productivas que realizan la Gobernación y el Municipio. La misma ya realiza pedidos de muebles y accesorios y está abierta a cualquier solicitud de personas que quieran acceder a los materiales que realizan.
Don Bosco, una mano que se extiende a más de 900 niños y jóvenes. Para la gestora de Responsabilidad Social del proyecto Don Bosco, María Eugenia Terceros, la reinserción social y laboral de los niños y jóvenes que acoge Don Bosco es uno de los mayores desafíos, no solo por el trabajo integral que se debe hacer con los beneficiarios sino por los recursos que deben emplearse y que a veces no alcanza con la ayuda que llega de otros países.
"La tarea no es fácil, pero tampoco imposible, los recursos se consiguen aunque no en la magnitud con que se lo necesita, por eso estamos en una lucha constante de hacer que cada vez sean más las personas que se unan a este reto", señaló la voluntaria.
Los hogares Don Bosco precisan al menos 1 millón de dólares para costear los servicios y ayudas que ofrece en casi una decena de instituciones que albergan más de 900 niños y jóvenes. Y la ayuda del Gobierno departamental no cubre siquiera el 10% de los ítems que precisan para costear los sueldos de funcionarios y profesionales que están inmersos en el proyecto.
"A nosotros nos genera un sentimiento de satisfacción y agradecimiento poder, a través de nuestro trabajo, ayudar a los niños de la casa que nos acogió y nos brindó su apoyo cuando más lo necesitábamos ".
Juana Quispe
Joven Formada en hogares Don Bosco
Llaman a unirse a la ayuda
¿Cómo puede ayudar usted?
Los precursores del proyecto Don Bosco invitan de manera cordial a la ciudadanía para unirse a este proyecto de ayuda social. Las personas interesadas pueden hacerlo a través de uno o varios pagos que aseguren la entrega del pan para un determinado hogar de niños que usted prefiera.
Un hogar de niños tamaño mediano, requiere 300 panes diarios lo que significa alrededor de Bs 150. De acuerdo a sus posibilidades usted pueden hacer su donativo, por día, por semana o mensualmente. También puede ayudar, realizando aportes económicos para la mantención de los jóvenes que son acogidos y formados en este proyecto.
Si no goza de dinero para hacer aportes económicos también lo puede hacer con herramientas e insumos para los talleres de carpintería y panadería.
Brindando ropa u oportunidades de trabajo también ayuda.
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