martes, 18 de junio de 2013

Ofertan platería única con piedras reconstituidas

Con la experiencia de haber trabajado, los últimos 30 años, una variedad de accesorios y productos artesanales, en diversos materiales, Doña Alcira Saravia y su hija Wanda, deciden incursionar en el fundido, diseño y producción de una serie de adornos y “joyitas” personales en el noble metal de la plata y su variedad alpaca.

Dotadas de una creatividad y habilidad manual envidiables, madre e hija empiezan transformando placas de plata o en su caso reciclando cucharas, tenedores, cuchillos y cucharones de alpaca en novedosos collares, pulseras, pendientes, anillos, prendedores y hebillas de cinturones, que llevan incrustadas piedras semipreciosas reconstituidas.

“Nuestras artesanías tienen diseños propios, evocan temas bolivianos y de las culturas precolombinas. Los materiales que trabajamos son cubiertos y utensilios de cocina antiguos que tienen plata o alpaca, que voy recolectando en mis viajes a las ferias departamentales del país”, comenta Alcira Saravia.

Agrega que por tratarse de platería antigua, los mayores compradores son turistas extranjeros, que al margen de pagar el precio de costo reconocen y valoran el trabajo hecho a mano, a diferencia de los nacionales que prefieren los mismos objetos, pero en otros materiales como plásticos u otros metales más económicos.

“Muchos de nuestros clientes extranjeros, retornan a Cochabamba después de uno a dos años, para pedirnos reparar o reponer alguna pulsera o arete, extraviados, o en su caso, encargarnos otros pedidos especiales de familiares o amigos de sus países”, agrega Wanda.

Actualmente, utilizando placas de plata o cubiertos de alpaca reciclados, llegan a producir mensualmente entre 50 a 55 piezas, que son comercializadas exclusivamente en las ferias tradicionales de Cochabamba, festivales culturales departamentales, alasitas de La Paz y las ferias internacionales de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz.

Desde hace dos años, las emprendedoras envían, tres veces por año, a dos tiendas de artesanías andinas en Estados Unidos, sus trabajos (300 piezas entre collares, pulseras y pendientes), particularmente de alpaca reciclada con incrustaciones de piedras semipreciosas, que tienen bastante demanda.

La caseta de “Artesanías Únicas Quillacollo” del pasaje Joaquín Zenteno y el taller familiar detrás la facultad de veterinaria de Quillacollo, son lugares de venta directa; pero también de recepción y entrega de pedidos.

Según Wanda el proceso de producción de cualquier artesanía en plata es bastante largo y puede demorar hasta tres o cuatro días, porque se tienen que diseñar las figuras y los moldes con mucha paciencia, debido a que tienen muchos detalles. “Hay que soldar, calar, reconstituir las piedras semipreciosas, lijar, pulir y sacar brillo, antes de exhibir la pieza terminada en la tienda del pasaje Joaquín Zenteno”, comenta.

A mediano plazo madre e hija sueñan comercializar sus trabajos en ferias artesanales de Buenos Aires (Argentina), Santiago (Chile), Río de Janeiro (Brasil) y Cuzco (Perú).

Alcira Saravia Lizarazu| emprendedora

"Son trabajos hechos a mano, que tienen diseños de la cultura boliviana y de su pasado precolombino"



EMRPENDEDORAS ALCIRA Y WANDA

Personal

• Alcira Saravia Lizarazu, nace el 16 de octubre de 1960 en Cochabamba y Wanda Jaimes Saravia el primero de marzo de 1985 en la ciudad de Quillacollo, Cochabamba.

• Madre e hija son artesanos con tradición familiar, afiliados a la Asociación de Artesanos “INTI” del pasaje Joaquín Zenteno Anaya y con trámites de registro de comercio en Fundempresa.

Laboral

• Madre e hija son propietarias de la microempresa Artesanías Únicas Quillacollo, dedicadas al diseño y producción a mano de objetos decorativos y accesorios personales en plata, alpaca, cobre y piedras semipreciosas reconstituidas, en el taller familiar de la calle San Miguel, detrás la Facultad de Veterinaria de Quillacollo.



Unidad productiva

• Bajo el influjo de Octavio Jaimes, conocido artesano desde hace 35 años, toda su familia de cinco miembros, se convertió en un verdadero laboratorio de artesanías, objetos decorativos y enseres personales fabricados en todo tipo de materiales.

• Doña Alcira Saravia y sus hijas Manuela, Wanda y Mayumi, asimilaron tan bien las enseñanzas y experiencia de Don Octavio, que se convirtieron en expertas diseñadoras, productoras, recicladoras y comercializadoras de artesanías en telas, plásticos, vidrios, maderas, semillas, metales, huesos, bisutería, macramé y otros materiales.

• Toda la familia viaja con frecuencia a las ferias, alasitas y encuentros culturales, que se realizan en las ciudades de La Paz, Oruro, Potosí, Sucre y Santa Cruz, para ofrecer sus novedades, que “siempre tienen aceptación”.

• “Somosn una unidad familiar productiva, donde todos trabajamos artesanías en diferentes especialidades, tanto que las chicas están viajando en julio a Alemani, para explorar ese mercado", sostuvo Don Octavio.

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