Una mesa de trabajo, yeso para las molduras y algunos estantes fueron suficientes para que un grupo de mujeres comenzara un emprendimiento en cerámica decorativa. Los objetos que elaboran artesanalmente son hechos a pedido por sus clientes en Francia y Estados Unidos, cuenta su representante Marcela Angulo.
El trabajo de las siete mujeres comenzó en 1988, pero inicialmente eran trabajadoras dependientes de una pareja que fue la que inició el negocio. A partir del año 2000, el grupo se organizó para independizarse y se conformó la Asociación Artesanal Productiva Comunidad Wiñay, que actualmente tiene su taller en la avenida Villazón, km 6 y medio, en el camino a Sacaba.
“Ahora no hay dueños, ellas administran sus propios recursos”, dice Angulo.
El grupo trabaja en función a órdenes de producción, por lo tanto la frecuencia de los envíos es variable, al igual que la cantidad, explica Angulo y añade que las líneas más demandadas son las de la Sagrada Familia y las piezas decorativas de gran volumen, como gallinas, ovejas y otras similares, que se usan para la decoración de cocinas, también está en proceso de desarrollo e innovación una línea de móviles.
Los clientes europeos y norteamericanos con los que cuentan actualmente fueron contactados “hace muchos años”, recuerda Angulo, cuando el grupo participó en una feria en Alemania, en la década de los ‘90 y, posteriormente, entre 2003 y 2004, con el apoyo de un programa de cooperación de EEUU, a través de Usaid, que estaba destinado a apoyar a los artesanos en la búsqueda de nuevos mercados.
“Es una cartera que hemos logrado mantener a través de estos años”, dice satisfecha; sin embargo, la asociación gestiona ampliar su mercado a otras ciudades de Europa y Estados Unidos, donde sus productos tienen alta demanda.
En ese objetivo, el grupo ha sumado una fortaleza al ser parte, desde 2008, de la Red Nacional de Mujeres Emprendedoras, que recibe el apoyo institucional del Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI)
El aporte del IFFI se traduce en capacitación, búsqueda de mercados, asistencia técnica y oportunidad de participar en ferias.
Angulo explica que, actualmente, el grupo recibe capacitación para mejorar el diseño de sus productos, la presentación de sus espacios de exposición en ferias y también en el uso de tecnologías de la información y comunicación.
El hecho de ser parte de la red también les permite exponer su trabajo en la cadena de tiendas habilitada en siete departamentos del país y en ferias de exposición, como la Feria Internacional de Cochabamba, en la que participaron este año.
EL PROCESO
• El trabajo para crear las piezas de cerámica es todo un proceso del que se encargan las mismas ceramistas de principio a fin, señala su representante, Marcela Angulo.
• Cuenta que ese proceso comienza con el acopio de la materia prima, pues la cerámica se recoge de un yacimiento que se encuentra en Parotani.
• Luego de hacer la selección de arcillas, se procede al remojo y batido para lograr la barbotina, que es una mezcla de polvo de arcilla diluido con agua.
• Se buscan dos consistencias para trabajar de dos formas diferentes, dice Angulo, una en base a la moldería, en la que se hace un vaciado en los moldes de yeso, y la otra es el modelado, en el que se le extrae el agua a la cerámica preparada hasta obtener una pasta semejante a la plastilina, con la que se pueden trabajar las figuras.
• Una vez que está listo el modelado o el vaciado, el siguiente paso es el pulido, posteriormente la pieza entra a un horno para el cocido y el paso final es darle color con la aplicación manual de la pintura y del barniz protector.
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