domingo, 2 de junio de 2013

‘La empresa familiar más antigua tiene 1.428 años, es Kongo Gumi’

Jaime Pedreros. Destaca la relevancia de las empresas familiares en el tejido económico. Aclara que recién en el siglo pasado éstas empezaron a ser estudiadas como parte de la Economía y la Administración. Como consultor experto en el tema, señala que las compañías con más de 14 siglos de permanencia en sus mercados equilibran la parte afectiva y la administración. El respeto por el trabajo iniciado por los padres, la gestión y la modernización permanente son algunas de las claves.



— ¿Cuál es la empresa familiar más antigua del mundo y que continúa en plena actividad?

— La empresa familiar más antigua tiene 1.428 años, es (la constructora) Kongo Gumi. Su origen es coreano, pero el constructor (el propietario) fue llevado a Japón para edificar templos budistas. 140 generaciones han pasado por ella. Lamentablemente, la burbuja inmobiliaria hizo que corriera riesgos inmanejables y fue absorbida por otra constructora (Takamatsu Corporation), en 2006 perdió el control familiar que mantuvo por 14 siglos. Hay otra empresa familiar antigua que continúa operando desde el 718, también es japonesa; cumplió 1.295 años en el rubro hotelero.

— ¿Cómo lograron mantenerse tantos siglos?

— Creo que (Kongo Gumi) se mantuvo por la tradición japonesa del respeto a las generaciones, por la fortaleza de mantener el nombre, cuidar lo conseguido y el respeto a los mayores, según su cultura. La otra empresa, Hoshi Ryokan, en el rubro hotelero, ha tenido un crecimiento permanente, gradual y sostenido, que se mantuvo por generaciones. De padres a hijos pasaron muchos conceptos y valores, y cualquier conflicto se analizaba desde la perspectiva familia-empresa. Eso es lo que hay que preservar a toda costa y el resto es secundario. Si se manejan las cosas sin espectacularidades y sin especular con respecto a tendencias económicas o cambios en la economía, se pueden mantener y llevar un ritmo (de desarrollo) de forma gradual. Tiene que haber renovación. Hay otras empresas en el rubro hotelero con más de 400 años de antigüedad. Empezaron en un castillo medieval y luego compraron más terrenos circundantes para producir vino o construir museos y, además, crearon circuitos turísticos. El negocio familiar se diversificó. Están en Italia y Francia. Casi todas tienen página web, lo que quiere decir que se han ido modernizando. La empresa familiar puede formar en valores y técnica a los sucesores.

— ¿En América Latina y en Bolivia hay este tipo de empresas?

— En México hay una que data de 1600, es la empresa familiar del tequila Cuervo. En Chile hay una hacienda de un heredero de conquistadores españoles dedicada a la industria del vino y caballos desde 1700. En Bolivia está el caso del Banco Nacional de Bolivia (BNB) desde 1872 (141 años).

— ¿Qué se debe entender por empresa familiar?

— Este es uno de los pocos campos en que los estudiosos están de acuerdo. La empresa familiar se define como aquella en la que la propiedad, el control y la gestión están en manos de personas unidas por vínculo familiar, sea consanguíneo o político.

— ¿Por qué son importantes en una economía?

— La familia es un núcleo esencial de formación de la sociedad y en la economía el motor dinamizador es la empresa, que personalizada es el emprendedor, el empresario. En la empresa familiar confluyen esas dos fuerzas poderosas de la sociedad.

— ¿Cuáles son las diferencias con las no familiares?

— Ambas, familiares y no familiares, captan necesidades y oportunidades y dan respuestas. La gran diferencia en la empresa familiar es que de por medio está el corazón, los sentimientos, los lazos afectivos y todo un mundo complejo de emociones y pasiones.

— ¿En qué afecta?

— Depende, si las pasiones son negativas quitan la perspectiva de objetividad y es una desventaja. Si las pasiones contribuyen a construir, entonces son una fuerza muy grande para el progreso.

— ¿Cómo puede defenderse la empresa de la parte afectiva?

— Hay técnicas. Algunos autores llaman a la parte afectiva del negocio un “campo minado”. Para preservar los valores familia-empresa, el gran instrumento que posee el régimen legal boliviano es la escritura de constitución empresarial. En ese documento pueden definirse los espacios, estamentos, creación de consejos de familia, limitaciones a los parientes políticos o la intervención de personas ajenas a la compañía. Para algunos empresarios, muy cerrados y que no están capacitados para conducir el rumbo de su empresa, no es posible dejar que profesionales valiosos externos accedan a puestos clave. Para ello, se puede ir adecuando dicha partida de nacimiento, siempre con relación a cambios y circustancias precisas para crecer. Esta es la forma de gestionar el componente afectivo familiar, en otras palabras, se trata de “rayar la cancha”.

— ¿Cuál el hilo conductor para la permanencia de las empresas familiares en el mercado?

— El manejo empresarial acertado, el tomar decisiones adecuadas, generar cambios y fomentar el respeto. Es parte del crecer.

—¿Cómo se inició en investigación y capacitación de empresas familiares?

— Comencé en el área económica financiera, fría, de resultados, números, cifras, curva de crecimiento. Siendo ejecutivo en Perú, tomé un curso de relaciones humanas y cambió mi visión del cambio organizacional. El cambio no lo hacen las cifras sino las personas y en la medida en que (los miembros de la familia) tengan un buen engranaje como equipo de trabajo, la empresa será exitosa y favorable para todos. Como parte de la Economía y la Administración, la empresa familiar empieza a ser analizada e investigada desde mediados del siglo pasado.

Perfil

Nombre: Jaime Pedreros Fitzgerald

Profesión: Economista

Cargo: Consultor de RPR Bolivia

Especialista en capacitación

Nació en Lima, Perú. Estudió Economía en la Universidad del Pacífico. Se especializó en Desarrollo Empresarial y Negocios Internacionales en la ESAN. Su experiencia laboral se inició en la Asociación de Exportadores. La primera vez que trabajó en Bolivia fue en 1973. Dos décadas después regresó y se instaló en La Paz. Era 1995 cuando, junto a su esposa Rosario Prado Ríos (paceña), decidió crear una empresa consultora, que está a nombre de su compañera. “Tengo hasta nieta boliviana”, dice con orgullo. Hace 18 años se dedica a la capacitación y desarrollo empresarial con metodologías participativas. Bancos, universidades, industrias están en su portafolio.

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