Empezó la atención en su pensión de la avenida capitán Víctor Ustáriz con 10 platos de almuerzo completo y ahora bordea la atención a 40 comensales. Muchos de sus clientes hacen pedidos para llevar el alimento a sus hogares.
Norma logra mantener a sus tres hijos menores (tiene cinco) gracias a este emprendimiento, pero con un elemento adicional favorable para su familia, la calidad nutricional ha mejorado sustancialmente.
Esta emprendedora vela ella sola por sus hijos, desde que su esposo abandonó el hogar hace varios años.
Después de que su esposo se fuera, Norma decidió emigrar a España, pero no le fue bien.
Al retornar al país se dio cuenta de que sus hijos estaban desnutridos y extrañaban el amor materno.
Reitera que gracias a este emprendimiento logró mejorar la nutrición de sus hijos, consigue ingresos para su manutención y tiene más tiempo para apoyarles en sus tareas escolares.
Herminia Andia es otra de las mujeres emprendedoras que ha logrado mejorar la nutrición de su familia además de generar ingresos extras.
Su esposo le ayuda en la atención del servicio a los comensales a mediodía.
La pensión de Herminia está ubicada en la avenida Ingavi donde trabaja desde hace 16 meses.
Comenzó con 10 platos y ahora atiende a 60 personas.
“También me valoro más como persona porque antes no trabajaba en forma seguida”, afirma.
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