De una manera directa o indirecta, la singular riqueza arquitectónica de la Chiquitania, su interminable legado cultural misional, inspira a los comunarios a aprender sobre el arte y la música que los rodea. Uno de los ejemplos vivientes en San Ignacio de Velasco se encuentra en el taller de tallado de los hermanos Guasase, famosos no solo en Bolivia, sino también a nivel internacional.
Una familia talentosa. Son seis hermanos que se dedican desde hace 17 años al tallado artístico, Wilfredo, el mayor, asistió a unos cursos de capacitación que se daban en la Casa de la Cultura. Ahí hicieron contactos con Rosa María Quiroga, antropóloga y conocedora de la cultura en la Chiquitania.
“Ella nos enseñó mucho sobre los productos artesanales”, recuerda Wálter, el menor de los Guasase. El día de su cumpleaños, Wilfredo recibió un juego de herramientas de Rosa María quien le incentivó a que produzca más tallados. Primero comenzó haciendo un ángel con las palmas de las manos juntas, como rezando. Después comenzó a producir más porque había mucha demanda para sus productos. Y así, toda la familia comenzó a aprender y a ayudar en la fabricación y tallado de madera. “Nosotros hacíamos el cuerpito y él los rostros porque era más diestro en eso”, señaló Wálter.
Producción internacional. El taller Guasase exporta artesanías y también se vende de manera nacional. Además algunas poblaciones han empezado a enseñar el tallado a los niños en el colegio. Dentro del marco del IX Festival Internacional de Música Barroca, es una gran oportunidad para que todos estos artesanos se muestren y también vendan su arte. El movimiento artístico y cultural es algo evidente en la zona, no solo en la formación de músicos y talladores sino también para formar personas íntegras con sensibilidades artísticas. “Nuestros hijos nos ven trabajar y se interesan por esto”, aclara Wálter y quien además comenta: “Disfrutamos el único arte que tenemos nosotros, nuestro deber como chiquitanos, amando y respetando nuestra cultura”.
Artesanía y turismo. La mayoría de tiendas que se encuentran en la región chiquitana viven su época de mayor consumo durante la época del Festival de Música Barroca y Renacentista, ya que apenas llegan los turistas a las poblaciones van directamente a comprar "souvenirs".
De entre todos, los angelitos barrocos son los más buscados, pero también se venden bastante vestimentas y accesorios. Por esto y pensando en el desarrollo a través del trabajo artesanal, se proyecta impulsar más talleres en los distintos pueblos, al tiempo de incrementar la producción que permita exportar volúmenes mayores en el futuro. La materia prima es el cedro, madera que se encuentra en abundancia en la zona chiquitana. Para darle el color, usan pinturas naturales llamadas ocre.
Sin duda todo aquel que vista este hermoso lugar, se lleva de las Misiones Jesuíticas algún recuerdo que de cierta manera, los traslada en el tiempo.
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