Las propuestas son parte de un proyecto que identifica a los menores como protagonistas del desarrollo de El Alto.
Niños y adolescentes de El Alto presentaron ayer cuatro microproyectos, elaborados por ellos mismos, con el fin de contribuir a la educación, en diferentes áreas. Las propuestas tienen que ver con un mejor trato hacia ellos, por parte de sus familias y de la sociedad.
Presentados y ejecutados. Las propuestas se realizaron en cumplimiento del proyecto Niñez y Adolescencia protagonista en la construcción de la comunidad escolar y barrial en la ciudad de El Alto, impulsado por la Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI), Sección Bolivia. En el mismo participaron representantes de 10 barrios alteños, quienes elaboraron y ejecutaron los cuatro proyectos.
Jenny Salomé, técnica de DNI, explicó que se logró que “los chicos empiecen a crear y sean personas proactivas con microproyectos educativos. Entre ellos participaron delegados de 10 organizaciones de centros de estudiantes y brigadas, que elaboraron proyectos para beneficio de su zona”.
Entre las zonas beneficiadas están San Martín, San Luis, Villa Adela, Candelaria, Cosmos 79, Natividad y Alemania entre otras, donde incluso se trabajó en sus unidades educativas.
Los proyectos y sus resultados. Uno de los proyectos fue titulado “No nos raleen” y tiene que ver con la elaboración de autoadhesivos con información de lenguaje de señas para que los niños y adolescentes con discapacidad auditiva puedan comunicarse con choferes y pasajeros.
Esta iniciativa logró, incluso, una resolución por parte del Concejo Municipal de El Alto, el año pasado.
Un segundo microproyecto tiene que ver con educación vial y se llama “Una señal para avanzar. Dame un minuto de vida, dame una señal para avanzar”, que tiene que ver con la educación vial de las personas en general.
Los menores con problemas auditivos también presentaron un proyecto relacionado a la educación inclusiva, a través del cual elaboraron el alfabeto en lengua de señas, que fue entregado al Ministerio de Educación, para que sea tomado en cuenta en los programas de inclusión que elabora, para aplicar la nueva Ley Educativa, Avelino Siñani-Elizardo Pérez.
El cuarto microproyecto tiene que ver con seguridad ciudadana y fue titulado Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto, y en el que, según Salomé, se promocionan las actitudes y valores de las personas adultas, para que dediquen un poco más tiempo en cuidar a los niños, para evitar que sean víctimas de delitos.
2.590 menores, padres y educadores participaron en la ejecución de los proyectos impulsados por DNI.
Se buscaron tres resultados: la creación de proyectos de ayuda a los barrios, la creación de brigadas para la ejecución de los proyectos, la interacción con las autoridades del municipio, y la capacitación de los adultos.
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