Emprendedora. El disparo de un atracador que victimó a su prima Jessika Borda le destrozó el nervio del brazo izquierdo, aún así dejó su trabajo de oficinista para dedicarse a su pasión, las manualidades para eventos infantiles
LAS MANUALIDADES SON SU VIDA
En ocho meses no ha tenido descanso. Los pedidos para baby showers y cumpleaños son semanales. Quiere ampliar su negocio para atender la demanda
Llevó la corona más dulce de Santa Cruz en 1998, Mariela Méndez Pinckert (33) fue coronada reina de la caña, pero las pasarelas quedaron atrás y hoy es una emprendedora en la fabricación de cotillón y organización de eventos.
Siempre trabajó en oficina, Aerosur y Tigo fueron las empresas donde se desempeñó en atención al cliente y en esta última ella hacía todos los adornos cuando había algún agasajo.
Luego de cuatro años, en octubre de 2013, decidió dejar su trabajo para dedicarse a las manualidades. Hoy Mariela es propietaria de Stellina Blue.
El primer evento que organizó fue un baby shower para una de sus primas, luego otra la solicitó para el cumpleaños de su hijo y así la voz corrió.
Su capital de inicio fue $us 2.500 que los utilizó para comprar material y luego se propuso buscar proveedores para reducir costos.
El desafío
En noviembre de 2013 Mariela fue víctima de la delincuencia. Recibió un disparo en el brazo cuando iba con su prima Jessika Borda en su movilidad, a quien asesinaron en el trágico hecho.
“Me destrozaron el nervio del brazo izquierdo y hoy no puedo moverlo mucho”, confesó y reveló que por eso tenía temor de emprender su negocio propio.
La realidad es que hoy los pedidos llegan y llegan, es por eso que ha decidido asociarse con su cuñada Giannina Ávila, hermana de su esposo Alfredo Ávila, para atender la demanda porque ha tenido que rechazar algunos eventos, ya que solo abastece para organizar máximo dos por semana.
Actualizarse, la clave
Nunca tomó un curso de cotillón; Mariela cree que heredó esta habilidad de su abuela Gladys Hurtado. Aún así piensa que la actualización es también una clave para el éxito.
Tiene planificado realizar cursos y viajar a Brasil para traer materiales, pues allá asegura, se encuentra lo mejor.
Sobre la competencia, opina que la clave está en marcar la diferencia; en su caso, la atención en los detalles siempre debe estar presente.
Mariela dedica mucho tiempo a su negocio, pero también a la crianza de sus dos hijos: Matías Sequeiros (15) y Nicolás Ávila (3). “Este tipo de trabajo absorbe, pero cuando a uno le gusta lo que hace, no hay nada difícil de hacer”
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