domingo, 8 de noviembre de 2009

VJF crea máquinas que dan forma a envases de plástico


José y Freddy Luna, junto a Paulo (hijo del primero), son los creadores de la máquina SPA2S, una sopladora de preformas automática de dos salidas o cavidades, capaz de fabricar hasta 1.400 botellas de plástico pet de dos litros en una hora.

El diseño de la SPA2S surgió luego de varios proyectos anteriores que incluían máquinas con capacidades menores (hasta 350 envases, SPS1S) y moldes que sólo daban la forma a los plásticos. Ahora, es más fácil fabricar los envases para gaseosas, jugos, agua, yogures y otros, aseguró Paulo Luna, director de Proyectos.

Con esta máquina, la empresa marca una etapa de innovación tecnológica. Plásticos VJF, iniciales de Visión Justo al Futuro, nació en 1994 en La Paz.

La SPA4S fue creada hace poco y espera por su comercialización. La nueva máquina permite fabricar hasta 2.800 botellas pet por hora.

Entre las empresas que han confiado en Plásticos VJF están Belmed Ltda., dedicada a la fabricación de champús y líneas para el cuidado capilar, Delizia que utiliza envases para helados y yogures, Agronat, y otras dedicadas a los cosméticos.

El fundador fue Víctor Luna, actual gerente propietario y padre de los creadores. El negocio crece y suma el trabajo de tres generaciones de la familia Luna; entre todos han aprendido a evadir las épocas de crisis por las que pasó el país, en más de seis décadas. La planta se ubica en la zona de Alto Lima, en El Alto.

La idea de crear esta maquinaria en Bolivia nació a sugerencia de Paulo Luna. Si bien la máquina utiliza partes fabricadas en el extranjero (Alemania y Estados Unidos), “modificamos las piezas de las máquinas que son del exterior con nuestro propio diseño”, contó.

El armazón, la estructura y forma de procesamiento fueron diseñados y construidos en tres meses. José se encargó del compartimiento para las preformas, Freddy del calefactor, y Paulo de las unidades de soplado. Entre las características que presenta la SPA2S está un compartimiento donde se depositan las preformas (pequeños envases largos de plástico sin forma). Ascienden por medio de una cinta transportadora y pasan a un ordenador de dos filas. Van al calefactor u horno, donde toman la forma de la botella seleccionada, a una temperatura de 100 grados centígrados.

Este proceso toma aproximadamente cinco minutos y los envases de plástico están listos.

“En las otras máquinas había un solo carril de alimentación y de salida, ahora hemos puesto dos, por eso producimos más en menos tiempo”, indicó Luna.

Las máquinas son fabricadas con acero que asegura su durabilidad. Este material tiene que ser importado al igual que la materia prima plástica (pet). Esperan que la industria del acero y la petroquímica se desarrollen en el país, para abaratar costos.

Plásticos VJF también tiene 15 años de experiencia en la fabricación de otras máquinas, como la que permite sellar en cualquier envase plástico una variedad de etiquetas; y otra que se ocupa de llenar el contenido.

Estas máquinas se fabrican en función del espacio que ocuparán en cada industria nacional y cuentan con servicio técnico.

Diseño de tapas a pedido

En el mercado, las industrias requieren de un sinfín de envases para comercializar su producto. Hacer el diseño apropiado, la forma, el color y la etiqueta forman parte del proceso de creación de Plásticos VJF, que utiliza un software especializado.

Con esta tecnología, se fabrica el molde. El resultado se ve en la pantalla de la computadora y los cambios se realizan inmediatamente. Luego, se procede a sacar el primer modelo en plástico, empleando las máquinas que han fabricado. Efectúan las adecuaciones pertinentes en la empresa solicitante del pedido, y sólo resta producirlas en cantidad.

Además de diseñar botellas redondas, cuadradas, rómbicas, de todo tamaño, también producen las tapas correspondientes a los envases solicitados. “Fabricamos las tapas personalizadas de acuerdo con lo que el cliente requiere. De esta forma, decidimos aportar al abastecimiento interno de nuestro mercado“, señaló Paulo Luna.

De ayudante a empresario

Víctor Luna, fundador de la empresa, empezó como ayudante de tornería en la metalúrgica Maestranza Volcán en los años 70. Era huérfano y muy joven tuvo que trabajar.

Años después, con el apoyo de su familia, constituyó “Talleres Luna”, en el rubro de metal mecánica. “Básicamente, él hacía piezas de mantenimiento y las reparaba”, recordó su nieto, Paulo Luna.

Fue en 1994 que decidió introducirse en el sector de plásticos y fundó, junto a sus hijos y nieto, la empresa Plásticos VJF. En los primeros años, adquirieron máquinas importadas y se dedicaron a fabricar moldes de botellas.

Después de la graduación del nieto, como ingeniero electrónico, la familia decidió incursionar en la construcción de máquinas industriales para transformar el plástico, según sus propios diseños. “El esfuerzo de mi juventud está plasmado en el éxito del que gozo hoy”, señaló con orgullo el fundador de la empresa familiar.

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