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domingo, 23 de marzo de 2014
FH inserta a la microempresa de servicios en el área rural
Dos organismos internacionales implementaron un innovador proyecto que insertó a nuevas Microempresas Rurales de Servicios (Mers) en el mercado local, un modelo de desarrollo sostenible que puede ser replicado en el resto del país para complementar el trabajo agropecuario.
El proyecto piloto “Promoviendo el desarrollo local y la formación de Mers” —financiado por Fundación contra el Hambre (FH) y el Fondo Multilateral de Inversiones del BID— se inició en 2009 con la idea de implementar una idea innovadora para coadyuvar al desarrollo de Bolivia.
La iniciativa permitió a los productores agropecuarios diversificar sus fuentes de ingreso prestando servicios “a sus propios compañeros agricultores”, dijo Óscar Montes, director de FH Bolivia, que se caracteriza por implementar sus programas en municipios que sufren de extrema pobreza e inseguridad alimentaria, principalmente en áreas rurales y periurbanas del país.
“Regiones donde las personas han cursado en promedio solo hasta tercero básico” y donde la ejecución presupuestaria de sus municipios no pasa del 45%, agregó el directivo.
La experiencia se llevó a cabo con 115 Mers que presentaban debilidades organizativas, administrativas y de calidad de servicios y con nueve gobiernos municipales, que fortalecieron su gestión y su visión de desarrollo económico enfocado al sector servicios.
Antes de ejecutar el proyecto, FH fortaleció a las organizaciones productivas de esas regiones, cambió el paradigma “asistencialista” base de sus programas a uno de “empresarialidad” y modificó un aspecto clave del habitante de esas zonas: “La cosmovisión fatalista de la vida”. “Los campesinos consideran que si sus padres y ellos mismos son pobres, sus hijos también lo serán. Un círculo vicioso intergeneracional del que juran es imposible salir.
Ellos piensan que han nacido para ser pobres (...). Para romper ese principio tuvimos que trabajar unos cinco años”, afirmó Montes.
Ya durante el proyecto, se capacitó a las Mers en gestión empresarial. “Ellos tenían que lidiar con todos los factores del mercado: créditos, proveedores, costos y competencia con otras microempresas”, recordó Montes. Después, se consolidó un ambiente favorable de negocios en actividades agrícolas y de servicios a través de la conformación de alianzas entre las Mers y los sectores público y privado.
Modelo. Como resultado, 80 Mers constructoras, administradoras de agua y riego, mantenimiento de caminos, servicios turísticos y de apoyo a la producción son sostenibles, se lograron 38 contratos por Bs 2,4 millones con gobiernos municipales y se consolidaron 33 alianzas y convenios público-privados por Bs 4,1 millones.
El proyecto de $us 1,23 millones, que concluyó el año pasado, demostró así que es posible desarrollar negocios rurales de servicios en condiciones de competitividad y sostenibilidad como alternativa a los tradicionales emprendimientos agropecuarios, “generando empleo y contribuyendo a revertir las tendencias migratorias del campo a la ciudad”, según FH.
Municipios que sufren pobreza
Impacto
El proyecto fortaleció las acciones de las empresas locales en los municipios de Tapacarí, Capinota (Cochabamba), Ocurí, Ravelo, Torotoro (Potosí), Padilla, Sopachuy, Tomina y Alcalá (Chuquisaca).
Objetivo
Fundación Contra el Hambre es una organización cristiana que trabaja en otros 26 países con proyectos integrales orientados a vencer la pobreza.
La generación de recursos puede reducir hambre infantil
Reducir la desnutrición infantil es una de las principales metas que persigue Fundación contra al Hambre (FH) al implementar proyectos de desarrollo económico en regiones de Bolivia que sufren de extrema pobreza.
“El factor limitante para el desarrollo del país es la desnutrición infantil”, dijo el director de FH Bolivia, Óscar Montes.
Si el niño no ha recibido hasta los tres años la alimentación apropiada su capacidad intelectual y productiva se verá limitada “para toda la vida”, representando costos adicionales “alarmantes” en salud y educación para el país, sostuvo el directivo. Bolivia es el tercer país en América Latina con mayor desnutrición crónica en menores de tres años (20%), índice que sube a 35% en las áreas rurales y a 50% en zonas deprimidas, según el Director de FH.
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