Desde hace cinco años, la Fundación Maya convoca al concurso dirigido a universitarios, docentes e investigadores para que presenten proyectos innovadores y obtengan apoyo financiero a fin de constituirse en empresas. En agosto lanzaron la quinta convocatoria. Su presidente, Jorge Velasco, destaca que hasta el momento cuentan con 28 ganadores. Sólo cinco ideas avanzan en consolidarse como empresas, el resto está en incubadoras para luego salir al mercado.
Uno de estos proyectos exitosos es la producción de una crema antiinflamatoria en base a la Chilka (Baccharis latifolia) denominada Chilkaflan, señala su inventora, Giovana Almanza. Ella ganó en la primera versión Innova San Andrés 2006, dedicada sólo a estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés.
Almanza detalla que su producto pasó por todas las fases de aprobación de calidad. Agrega que logró un acuerdo con Laboratorios Farmacéuticos Lafar para que produzcan la crema y calcula que en el siguiente trimestre estaría saliendo a la venta la crema Chilkaflan.
La crema tiene compuestos antiinflamatorios y sirve para ser aplicada sobre la piel humana en caso de contusiones musculares, artrosis, dolores, golpes, inflamaciones. Está especialmente creada para deportistas, expresa Almanza.
El otro proyecto ganador que avanza a la fase de ventas, participó en la tercera versión Innova San Andrés 2009 y pertenece a Liset Shirley Contreras. Se trata de la producción de pellets de la cáscara de almendra que sirven para producir biocombustible. Este negocio está operando en Uyuni, en el departamento de Potosí. Contreras, en entrevista telefónica con La Razón, dice que hasta fin de mes iniciarán las ventas.
Explica que los pellets son residuos procedentes de limpiezas forestales e industrias madereras que son triturados y convertidos en virutas. Una vez secados para disminuir el nivel de humedad y las posibles resinas, son prensados en forma de pequeños cilindros o “palitos”. El pellet se utiliza como biocombustible para generar bioenergía. Está catalogado como combustible de carbono (CO2) neutro. Además de ser ecológico, afirma, que es más económico que los combustibles fósiles (gasolina o diésel).
La creadora cuenta que en el proyecto participaron cinco personas, una de ellas es su hermana. Aclara que formar una empresa no es fácil y asevera que ganar el concurso les ayudó a construir su negocio.
Otros proyectos ganadores de Innova que están en proceso de constituirse en empresa son: “Introducción del ají de maní envasado” para los mercados de La Paz y El Alto, una idea de Miguel Toro (2009); “Obtención de un enjuague bucal y productos afines a partir de la cascarilla de la quinua real”, iniciativa de Maribel Lozano (2010); “Control biológico de la mancha chocolate en el haba” de Espila Churata, y la recuperación de maderas para las “Ecoguitarras”, del músico José Miguel Ando. La comercialización es el paso final para estos novedosos negocios.
Se juega un premio de $us 40 mil
Incentivo
Gracias al patrocinio de un conjunto de empresas del sector privado se han acumulado $us 40 mil en efectivo para los premios, software, acceso a incubadoras de empresas, capital semilla y alianzas con redes empresariales.
La Fundación Maya lanza la quinta versión del concurso
La Fundación de Emprendedores y Finanzas Maya lanzó oficialmente Innova Bolivia 2012-2013, un concurso que apunta a promover en los estudiantes de las universidades estatales y privadas de todo el país la elaboración de proyectos innovadores, con base tecnológica, que se conviertan en negocios de éxito.
“La idea es apostar a convertirse en empresas con alto valor agregado que generen mayor productividad y empleo para el país”, destacó el presidente de la entidad, Jorge Velasco.
“Nos sentimos contentos por encarar este nuevo reto ahora con las universidades de todo el país. Estamos seguros del potencial creativo existente en nuestros estudiantes y como promotores de la cultura emprendedora pondremos todo nuestro conocimiento y experiencia”, acotó.
Las instituciones que patrocinan este concurso son el Banco BISA; CAF —Banco de Desarrollo de América Latina—; Microsoft, Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Guaracachi, Grupo Lafuente, Fundación Pukara, Visión Mundial, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación y la Cultura (OEI), British Gas, Gas y Electricidad, Soboce, Jalasoft, BoA y Ernst & Young.
Velasco destacó que “el apoyo de la empresa privada es determinante para Innova”, porque posibilita que los proyectos se concreten.
Anteriormente, este concurso sólo contemplaba a estudiantes de las universidades públicas. La actual convocatoria permite, además, la participación de docentes, investigadores, egresados o profesionales titulados que hayan salido hasta tres años después de la universidad.
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