En la acera de la calle Muchirí, zona del mercado La Ramada, entremedio toldos de hule PARA ELLAS encontró a seis mujeres que por la necesidad se trasladaron a las calles a pintar las uñas para ganarse la vida.
Mabel Choque (27), Liliana Rodríguez (24), Ángela Bociavó (22) y Karen Aguilar (28) descubrieron su habilidad con los pinceles sin haber tenido una capacitación sobre las técnicas de arte, pero la pasión y el tiempo que le dedican al oficio en crear nuevas propuestas de diseños son para destacar.
A pedido de las seis ‘artistas de las uñas’, la entrevista se desarrolló sin perjudicar su jornada laboral.
Las clientas sentadas a la espera de su turno para ser atendidas, por un costo de Bs 10, los diseños simples, y Bs 20 los más elaborados.
Se veían cómo las limas de uñas hacían lo suyo, con un ¡rash! ¡rash! al momento de rozarlas. Luego, con unas capas de acrilex y esmalte, y en corto tiempo, de 10 a 15 minutos, las uñas lucían como obras de arte.
Más de una clienta se pronunció por el oficio que desarrollan estas mujeres. Mencionaron algunas frases como: “¡Son un ejemplo!” “¡Trabajan bien y en corto tiempo!” “¡Valen oro!” “¡Se ganan la vida honradamente!”
Son más de cuatro horas que están sentadas deslizando sus pinceles sobre uñas como si estas fueran lienzos. “Dejamos de pintar solo para comer, ir al baño e irnos a nuestras casas”, comentó Mabel Choque.
En un espacio de 1,20 por 1,20 metros cada una desempeña su jornada laboral desde las 9:00 hasta las 18:00.
Han identificado que los días clave para el negocio son los viernes, sábado y domingo, así como también los festivos. Todas así dijeron que en esas ocasiones llegan a ganar Bs 200.
Mabel fue una de las primeras que se asentó en la acera de la calle Muchirí.
“Cuatro de nosotras empezamos con una mesita, algunos esmaltes y un ‘toco’ (asiento). En los cuatro años ya somos cinco las que sustituimos las mesas por carritos de metal y ruedas en las patas. Asimismo, en catálogo, tenemos más de 200 diseños, y hasta repartimos tarjetas a las clientas para que hagan su reserva”.
Angela Bociavó es estudiante de segundo semestre de la carrera de Sicología en la Universidad Gabriel René Moreno.
Ella trabaja desde el mediodía porque tiene que cuidar a su hija de seis años y también cumplir con sus resposabilidades de universitaria.
Al final dijo: “Quiero terminar de estudiar porque no toda la vida voy a tener las mismas fuerzas”.
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