viernes, 24 de agosto de 2012

Ecoguitarra , sonidos que no se desechan



José Miguel Ando es un joven guitarrista que representará a Bolivia el próximo mes en las Olimpiadas Culturales 2012 que se celebran en Londres. En el evento no se entregan medallas, pero la participación del músico paceño bien podría ganar una de oro si es que las entregaran, porque allí demostrará que usando una guitarra fabricada con residuos de maderas recicladas se puede obtener un sonido y calidad similares a las de una guitarra convencional.

La ecoguitarra, como la ha bautizado José Miguel es un proyecto que ganó el concurso Innova 2010 que promueve la Fundación de Emprendedores y Finanzas Maya junto con el Banco BISA y que premia a las ideas innovadoras y de base tecnológica de estudiantes universitarios.

Parte de ese premio consiste en el desarrollo del proyecto a través de capacitación constante desde el acopio de la materia prima, la producción del producto hasta la mejor manera de comercializarlo. En eso ha estado trabajando el músico el año pasado y principios de este hasta lograr tres prototipos de esta peculiar guitarra.

“La idea de la ecoguitarra es recuperar maderas que se desechan en las barracas y carpinterías para construir un instrumento musical que puede generar entre un 20 y un 30 % más de valor agregado y de esta manera también contribuir al problema medioambiental haciendo un producto ecológico”, explica el guitarrista y también ingeniero industrial.

Las guitarras convencionales se construyen con seis o siete tipos diferentes de maderas. Esto permitió a José Miguel investigar entre las maderas que hay en el país que son subutilizadas e identificar cuáles podrían servir para la fabricación de la ecoguitarra. De esa búsqueda es que encontró que el ochoó (Hura crepitans), el tajibo o jacarandá boliviano (Tabebuia impetiginosa), el almendrillo(Dipteryx odorata), la mara(Swietenia macrophylla king) y otras más se adaptaban para armar el instrumento.

Pero ¿cómo se va descubriendo qué madera es la mejor para cada parte de la guitarra?

“Imaginate un medidor de calor que identifique los lugares donde se concentra más calor con el color rojo y celeste en los lugares donde esté más frío. De acuerdo a la temperatura esos colores serán más o menos intensos. En la guitarra pasa algo parecido, porque tú tocas unas cuerdas y puedes identificar los lugares que se ‘excitan’ más que otros y esto va cambiando en relación a las cuerdas. En las de sonidos agudos necesitas maderas más duras y en los bajos más blandas. Entonces tienes que empezar a combinar maderas que son blandas con las más duras e ir probando”, explica José Miguel y agrega que la elaboración no es tan sencilla.

“El maquinado de la madera es uno de los más críticos, por ejemplo lograr una tapa armónica (parte frontal de la guitarra) de dos milímetros de grosor no es fácil, porque hay maderas que no son muy resistentes y tienden a quebrarse y eso nosotros lo hemos logrado y es parte de nuestro ‘know how’ para tener guitarras de calidad”.

En la elaboración de las guitarras lo colaboran otras tres personas y el trabajo se realiza de manera manual, pero con los tres prototipos que ya tienen y los prospectos la idea es que en el futuro puedan producirlas de manera industrial y mejorar su calidad, sobre todo mejorar el acabado que tiene que ser muy fino para que puedan ser competitivas.

“El objetivo es llegar a fabricar guitarras para conciertos. Las que actualmente hacemos no son para que las toquen músicos como Piraí Vaca, porque todavía no tienen la capacidad ni el acabado que requiere una guitarra de concierto, pero son procesos que hay que seguir para alcanzar la calidad y a eso aspiramos. Sin embargo, las que creamos ya te ofrecen buena calidad, una sonoridad estable y características propias del instrumento”, asegura el músico, que ha demostrado que cuando se traza algún objetivo no descansa hasta conseguirlo.

Es que José Miguel Ando Alvarez tiene 26 años y a diferencia de otros músicos que empiezan sus estudios de guitarra de niños, él las empezó cuando tenía 16 años y ha ganado el primer lugar en los principales certámenes de guitarra de Bolivia (Abril en Tarija 2011, Alfredo Domínguez 2007 y el Festival y Concurso Internacional de Cochabamba 2004). Ha sido invitado a tocar en Alemania, Italia, Francia y muchos otros países “Para lograrlo he tenido que pasar muchas horas estudiando. Habían días en los que practicaba desde que me levantaba hasta antes de acostarme”, cuenta el ahora también empresario. Inquieto y siempre en busca de nuevos horizontes, José Miguel realizó un curso para luthieres que fue importante para desarrollar su proyecto, pero cree que no hubiera sido posible si no hubiese contado con el apoyo de Innova.

Debido al éxito que ha tenido en los últimos años el certamen, los organizadores del evento que dio la oportunidad de desarrollar la ecoguitarra, se llamará desde este 2012 Innova Bolivia y estará abierto a estudiantes de universidades estatales y privadas de todo el país

Las bases del concurso se darán a conocer desde el 21 de agosto a través de los medios de comunicación.

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