Pensar es gratis. Las ideas tienen un costo

¿Cuánto vale una buena idea? ¿Cuál es la fórmula mágica que pueda decirte lo que cuesta una idea que genere millones en ventas o una imagen que catapulte a una marca sobre la competencia? La famosa historia de los 35 dólares que Nike pagó a Carolyn Davidson por el logo en 1971 ha dado mucho que hablar. Independientemente de que hoy Nike haya reconocido a Carolyn el verdadero valor de su creación, deja claro que es imposible visionar el futuro o el éxito de una buena idea, pero sí está claro que las ideas no son gratis.

“Pero si es tan fácil, hasta un niño lo puede hacer”, nos dicen a menudo. Lo que parece tan simple de hacer es ‘talento puro’, precisamente es por eso, por llegar creativamente a algo que es complejo y difícil de hacer. El logo de Apple es la representación más simple en logotipos hoy en día y es la bandera de lucha en una de las compañías más creativas y valiosas del mundo. Llegar a esta ‘simple perfección’ requiere de mucha experiencia y tiempo de estudio. Todo un conjunto de habilidades que sostienen a una buena idea. Estas no llegan por iluminación divina, llegan por talento y experiencia. El conocimiento y el manejo de las capacidades abstractas son escasas y definitivamente se tienen que pagar. Plasmar las necesidades en algo simple y fresco requiere de un alto grado de abstracción y creatividad. Es un verdadero talento identificar en imágenes o en ideas publicitarias lo que una marca necesita y que aún no está creado.

En otras palabras estamos creando futuro. ¿Acaso eso no tiene valor?

Hoy el costo de una idea futura se paga pensando en que esa idea va a fracasar, y es por eso que se paga poco. “Si fracaso pierdo poco y si es un éxito; ¡Bingo!” Otra anécdota como el logo de Nike. Por suerte hay compañías que valoran lo rentable de las ideas y están pagando. Pero faltan muchas más. Me encantó lo que leí en Facebook el otro día y me identifico plenamente, un cliente le dice a un diseñador: “Me cobras esto por un logo que hiciste en 5 minutos?” Y el diseñador le responde: “Así es…, pero demoré 20 años en llegar a crearlo en 5 minutos”