Cuando los directores generales tienen confianza en sí mismos, son carismáticos, descarados o de plano narcisistas pueden socavar el proceso de toma de decisiones.
La gente narcisista piensa que es la única que sabe hacer bien las cosas. Tiende a ser asertiva y a tener exceso de confianza en su inteligencia y juicio. Conocida por su carisma, puede ascender rápidamente en la escala corporativa y tiende a atraer la atención e incluso el favor de los directores. Sin embargo, los mismos rasgos que pueden llevarla al éxito, pueden ser también la causa de su ruina y la de su empresa.
Otrora considerado un defecto de la personalidad, el narcisismo ahora es visto como una dimensión fundamental de la personalidad presente en todas las personas en diversos grados. Es uno de los rasgos que más influyen a la hora de procesar información y tomar decisiones.
Las personas muy narcisistas piensan que pueden aprender de la experiencia mejor que quienes las rodean y así buscan afirmar continuamente su hinchada percepción de sí mismas exhibiendo su superioridad, devaluando a los demás y reaccionando agresivamente a las críticas. Un director ejecutivo muy narcisista puede estar tan cegado por su propia experiencia y su necesidad de sentirse superior que desdeña los consejos y las experiencias valiosas de otros miembros de la junta.
Eso tendría un impacto significativo en el proceso de toma de decisiones de una empresa y en el funcionamiento de la junta directiva.
Las organizaciones tienen la tendencia de imitar a las otras en lo que se refiere a estrategia, particularmente en tiempos de incertidumbre. Copiar lo que hacen otras compañías les da legitimidad a sus decisiones y ahorra, o por lo menos reduce, los costos de investigación y experimentación. Y hay más posibilidades de que las empresas imiten las prácticas de otras con quienes tenga vínculos su junta directiva o director ejecutivo.
Mientras más entrelazados estén los vínculos que tenga la junta, mayor será el cúmulo de experiencia que aporte para tomar decisiones difíciles. Sin embargo, cuando los directores ejecutivos no aprovechan esa experiencia acumulada pueden socavar sustancialmente la envergadura de la toma de decisiones estratégicas.
Nuestro reciente estudio “Narcisismo en el director ejecutivo y el impacto del entrelazamiento en la estrategia corporativa” analiza la relación entre el narcisismo de los directores ejecutivos y su tendencia a imitar la estrategia de otras empresas. Encontramos que cuando un director ejecutivo narcisista está al mando es más probable que las decisiones de la compañía imiten la estrategia corporativa seguida por empresas para las que hayan trabajado anteriormente y menos probable que sean influidos por estrategias que hayan visto otros miembros de la junta.
Los resultados señalan que los directores ejecutivos muy narcisistas, para demostrar su superioridad, incluso pueden hacer lo contrario de lo que sugeriría la experiencia de otros directores.
El estudio, realizado con 300 compañías públicas de las 500 de Fortune de 1997 a 2006, midió el narcisismo de los directores ejecutivos contando las veces en que su fotografía aparecía en los reportes anuales y los boletines de prensa, además de comparar la compensación en efectivo y en especie del director ejecutivo con la de otros altos directivos de la misma firma.
Aunque habíamos esperado encontrar que el narcisismo tuviera cierto impacto en la toma de decisiones, su magnitud fue sorprendente. Nuestros resultados indican que un director ejecutivo cuyo narcisismo estuviera una desviación estándar por encima de la media tenía cinco veces más posibilidades de ser influido por su propia experiencia que un director promedio. Y el director ejecutivo cuyo narcisismo estuviera media desviación estándar por encima del promedio era probable que demostrar su superioridad adoptando estrategias corporativas directamente opuestas a lo que sugeriría la experiencia de los demás directores.
Los resultados también señalan que mientras más poder tenga el director ejecutivo narcisista, en relación con el de la junta directiva, es más probable que la estrategia focal de la empresa refleje la experiencia del director ejecutivo y los vínculos de la junta tendrán menos influencia en el proceso de toma de decisiones. Igualmente, mientras más alto sea el estatuto de las compañías con las que haya tenido vínculos anteriores el director ejecutivo, podrán ejercer más influencia.
El narcisismo tiene elementos tanto cognoscitivos como motivacionales. Por el lado cognoscitivo, los narcisistas tienden a considerarse extraordinariamente talentosos, con cualidades superiores como inteligente, competencia y capacidad de liderazgo.
Por el lado motivacional, los individuos narcisistas tratan de reafirmar continuamente su exagerado concepto de sí mismos. Tratan de atraer la atención superando el desempeño de los demás. Los directores ejecutivos muy narcisistas tienen más posibilidades de ser dominantes al tomar decisiones visibles y relacionadas con las tareas, a fin de demostrar su autoridad y superioridad. También tienden a inclinarse en favor de decisiones audaces, como adquisiciones grandes, que atraigan la atención sobre ellos.
Aunque no hay evidencias directas que digan que los directores ejecutivos son más narcisistas que el promedio (hubo una enorme varianza entre los niveles de narcisismo de los directores ejecutivos estudiados en nuestra investigación), las empresas deben estar conscientes de los retos que puede implicar nombrar a un director ejecutivo muy narcisista, al margen de lo competente e inspirador que pueda ser.
Hay varias medidas que pueden tomar las empresas para reducir la influencia de tales directores y compensar los retos que representan. La junta directiva puede reducir el control del director ejecutivo haciendo que sus miembros participen más en la toma de decisiones mediante comités o nombrando a un director jefe que coordine las acciones de los miembros de la junta para presentar un frente unido.
Hay una enorme cantidad de investigaciones sobre la interacción de los directores y el director ejecutivo, y ahora sabemos que la parte narcisista de la personalidad del director ejecutivo tiene un fuerte impacto en esa relación. Estos hallazgos también tienen importantes implicaciones en la investigación de liderazgo estratégico sobre discreción administrativa y puede ayudar a explicar la difusión de prácticas y estrategias innovadoras.
Pero el director ejecutivo mismo tiene que estar consciente de la dimensión narcisista de su personalidad y tener cuidado de controlarla a la hora de tomar decisiones. Deben tomar en cuenta las experiencias de los otros miembros de la junta. Sin embargo, todavía está por demostrarse si el narcisismo de los directores ejecutivos puede moderarse con el tiempo mediante esa auto-conciencia
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