domingo, 31 de julio de 2011

Carpinteros optan por la madera barata y el tablero importado

Los artesanos en maderas que ofertan sus productos en la calle Vicente Ochoa y la zona sur de La Paz aseguran que, por el incremento del precio de la materia prima, las ventas bajaron al 50% y que los trabajos a pedido se limitan a obras con madera barata y tableros importados.

“La madera subió aproximadamente 40 por ciento y nosotros también tendríamos que subir el costo de la mano de obra, pero no se puede, porque la gente busca lo barato y no nos conviene”, señaló Franz Buenaveres, artesano de la Industria Maderera Von-Pao.

Explicó que los contratos anuales de su empresa bajaron a la mitad porque hasta el 2010 la cantidad de acuerdos institucionales, corporativos y de organizaciones no gubernamentales llegaban a 20, en cambio este año se caracterizó por una notoria reducción, sólo 10 contratos.

Según datos recogidos en diferentes carpinterías y tiendas de la calle Vicente Ochoa y la zona Sur de la ciudad se constató un alza en el precio del pie de madera (10 x 10 cm) en alrededor de 40 por ciento.

El artesano describió la subida de los precios con el ejemplo de un pie de madera roble y cedro que hace 3 años costaba 7 bolivianos, mientras que hoy vale entre 10 y 11 bolivianos. Señaló además que, por efecto del aumento de valor, estas maderas tienen poca demanda.

Para el año 2009, el precio del pie de la madera mara, de mayor demanda en el mercado, era aproximadamente 10 bolivianos y el actual es 15 bolivianos. Sin embargo, los muebles con base mara ya no están a la venta en las tiendas. Según los artesanos, en las barracas tampoco la venden.

MANO DE OBRA

Para no perder clientela, los carpinteros incrementaron aproximadamente un 24 por ciento el costo de la mano de obra y ante el regateo de los clientes por más rebaja, cuentan que se les hace más complicado sostener el negocio.

En los primeros meses de 2010, el costo de una puerta (mano de obra incluida) costaba alrededor de 800 bolivianos, en tanto que hoy se vende en alrededor de 1.000 bolivianos. El costo de la mano de obra que se cobraba en ese entonces era 150 bolivianos y ahora es 200.

PREFABRICADOS

El incremento en el valor de la madera también tuvo su efecto en el comercio de muebles, porque la demanda de trabajos nacionales bajó y la gente prefiere muebles prefabricados de procedencia argentina, brasilera y chinos.

Para Braulio Ibáñez, presidente de la Asociación de Muebles de Madera y Metal (AMMyM) de la calle Vicente Ochoa, tras el aumento de precios, las tiendas ya no tienen venta fluida como antes, mientras que los trabajos con el tablero argentino o chino salen más porque son baratos.

Según el comerciante, antes un modular de madera nacional costaba 2.000 bolivianos y ahora se vende en alrededor de 2.600. Lo mismo ocurre con un tocador que estaba en 650 y ahora cuesta 900 bolivianos.

Ibáñez explicó que los muebles importados son baratos porque son industrializados, por tanto “la mano de obra es una ganga” y tienen precios accesibles, pero no son garantizados, ni seguros. Por ejemplo, cuando se quiebra una pieza la mayoría no tiene solución y todo el mueble queda inutilizado.

En cambio las artesanías nacionales tienen un tratamiento más preciso y garantizado, porque los carpinteros trabajan con un entablado sólido, se percatan del secado del pegamento, la revisión de la prensa y así resultan más fuertes.

BARATO

Algunos artesanos están obligados a vender sus obras usando madera blanca, que es de menor calidad. “Los muebles se venden en la feria 16 de Julio en la ciudad de El Alto, donde la gente que no cuenta con recursos busca muebles baratos”, dijo María Elena Ulo, secretaria general del Sindicato Mixto de Carpinteros Vicente Ochoa.

Según la artesana, esta forma de trabajo de algunos compañeros es más rentable, porque si una cómoda de tablero argentino cuesta 670 bolivianos sale más económico para los clientes que buscan lo barato en madera blanca, que tiene un costo de 300 bolivianos, aproximadamente.

Para Alicia Quispe, propietaria de una mueblería de la calle Vicente Ochoa, la gente compra más muebles de material de melamina porque se los pueden llevar empaquetados o se arman a la vista del cliente.

Para los carpinteros y comerciantes de muebles, el negocio se hizo cuesta arriba y aún no asimilan que sólo se vendan maderas de segunda calidad. La oferta de maderas en las barracas es limitada.

En este escenario, Quispe sostuvo que el producto importado —elaborado a base de tablero— gana espacio en el mercado boliviano, mientras que los muebles de madera nacional se devalúan con el paso del tiempo.


Empresarios forestales temen especulación

La Cámara Forestal Boliviana teme que, ante la ausencia de este producto, al igual que como ocurrió con el azúcar, se genere un proceso de especulación que ocasionará mucho daño a la economía nacional.

Su presidente Pablo Antelo explicó que la escasez de madera se debe a los nuevos sistemas de fiscalización y control dispuestos por la ABT, ya que en su afán de combatir a la informalidad también paralizó a los productores formales, generando subida de los precios en madera simplemente aserrada, ya que las láminas y los aglomerados mantienen sus precios.

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