Niños de la unidad educativa "Nuestra Señora del Socavón", reutilizan o reciclan una variedad de semillas de plantas para realizar collares, rosarios además de mates.
Según la directora del establecimiento, Virginia Rodríguez, los niños aprovechan el trabajo que realizan en los jardines de la casa de la Congregación de los Siervos de María situados en la zona Oeste del Santuario del Socavón, para acopiar una diversidad de semillas que son recicladas con la capacitación que les brinda el maestro Gumercindo Quispe.
"Con la nueva Ley de Educación 070 que pretende descolonizar la educación boliviana y hacerla más pluricultural, este tipo de trabajos se va convirtiendo en parte de la malla curricular, por lo que se empieza a revalorizar todo lo que tenemos", explicó.
Gumercindo Quispe, maestro de los niños, explicó que para enseñar a reciclar, lo primero que se hizo fue utilizar las bolsas del desayuno escolar dándole utilidad y convirtiéndolos en llaveros combinando con perlas y argollas.
Las semillas de caléntula que es una planta medicinal y que no son valoradas por las personas, fueron utilizadas para realizar collares, puesto al ser pintadas tienen un nuevo aspecto con una variedad de colores que incluso sirven para fabricar rosarios que pueden utilizarse en algunos momentos de meditación en el santuario o en sus propias casas.
Asimismo se conoció que los niños recuperan por ejemplo la cáscara de algunas frutas para fabricar mates o infusiones mezcladas con leche para que a la vez sean nutritivas o como la caléntula que sirve para cicatrizar algunas heridas o para el tratamiento de parálisis facial, las cuales se mezclan con vaselina para luego frotarlas en el lugar afectado.
Sobre la misma planta dijo que al remojar con eucaliptus, romero, manzanilla molle y alcohol sirven como fricción para el dolor de huesos, especialmente de las personas de la tercera edad.
También utilizan la cáscara de la naranja para mates que sirven como tranquilizante de nervios.
Los niños para realizar este tipo de trabajos, disponen de horas fuera del horario de estudio y así continúan aprendiendo, como el caso del compost que es un abono natural, para lo cual utilizan la cáscara del plátano que reúnen y abonan la tierra del jardín de la congregación de los Siervos de María.
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