Gervacio Mamani (padre) y Rubén Álvaro Mamani Paredes (hijo) son dos emprendedores de El Alto que fabrican chapas artesanales para minibuses. Ambos trabajan en el taller Neyber-In en Villa Mercedes “F” de esta ciudad.
El hijo es un estudiante de tercer año de ingeniería comercial y el año pasado ganó el primer lugar con este proyecto de chapas en un concurso nacional de ideas que promociona el BancoSol.
“Esta iniciativa es algo que hemos elaborado hace mucho tiempo junto con mi papá porque vimos que una puerta de minibús se abre por lo menos 1.000 veces al día y, por ende, lo que más se desgasta es la chapa que lo sujeta; además las puertas empiezan a tambalear y tienen un ruido de traqueteo de metales”, recordó Rubén. También explicó que sus chapas son elaboradas artesanalmente en dos días con fierros y material existente en el mercado. Ellos se ingenian para fabricar las partes con sus herramientas.
Su padre añadió que las chapas que elaboran tuvieron muy buenos resultados en sus clientes porque, pese a estar tan lejos, los transportistas acuden porque la publicidad que le hacen es de boca en boca. “La mayoría nos dicen que las chapas son más durables en comparación con las chinas o las de medio uso que compran en las ferias”, dijo.
Padre e hijo fabrican chapas para minibuses Toyota y Nissan únicamente y en cualquiera de estas casas —agregan—una nueva cuesta alrededor de Bs 600, mientras que ellos las comercializan a Bs 270. “Pero si industrializáramos, produciríamos más y se vendería a sólo Bs 170”, expresó Gervacio, quien además señala que ahorra peso a peso para comprarse una gata hidráulica y lograr su objetivo.
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