La iniciativa nació el año pasado como un proyecto de la materia "Desarrollo del Espíritu Emprendedor” de la Universidad Católica Boliviana de La Paz. "Desde un principio queríamos hacer un proyecto ecológico”, cuenta Isabel Montero, una de las emprendedoras.
De esa manera, las estudiantes del septimo semestre de Administración de Empresas, Roxana Valencia (22 años) Isabel Montero (22), el egresado de esa carrera Bruno Inofuentes (23), la tesista en Ingeniería Ambiental Brenda Mansilla (23), el también egresado en Ingeniería Mecatrónica Luis Montenegro y las universitarias Sara Aller (23) e Ingrid Gómez (23) hicieron realidad ese sueño.
"Desde el área que yo estoy, vi que el derroche de las cáscaras de frutas es grande en La Paz. Los mercados producen mucha basura. Nos enfocamos en la cáscara de plátano y pinzote porque tiene las fibras que necesitamos para hacer el papel”, cuenta Mansilla.
Si bien la idea inicial fue elaborar un sustituto para el papel, luego de varias pruebas descubrieron que la textura de su proyecto era más similar a la de la cartulina, aunque un poco más resistente. Por ello, consideran que los posibles usos están en el mercado de las tarjetas decorativas, los adornos para regalos y souvenirs en general. La resistencia de este producto es, a juicio de este grupo de estudiantes, un "valor agregado”.
La composición de 70% de pinzote y cáscara de banana, 20% de papel reciclado y 10% de agua, le dieron esa característica. El nombre de "Banapel” (mezcla de banana y papel) se justifica por el uso de la cáscara de esa materia prima. "Vendría a ser un sustituto del cartón y de la cartulina más que del papel por la misma consistencia”, comenta Bruno.
"Recolectamos el pinzote y pasó por un proceso de fermentación. Lo juntamos con papel reciclado. La mezcla, el secado y el producto final. Utilizamos licuadora para procesarlo”, recuerda Mansilla.
Luego de esta experiencia "favorable” en el ámbito universitario, las y los miembros de este proyecto creen que sí es posible llevar "más lejos” a Banapel.
Inofuentes explica que dentro de toda la planificación del proyecto se realizó un estudio de factibilidad que incluye un plan de negocios que, según los cálculos, es positivo. Ante esta situación, estos jóvenes ven un panorama "alentador” a futuro.
"Necesitamos una gran inversión. Pero hemos pensado en reunirnos para hacerlo”, dice Montero. "Es un producto factible que combina lo comercial con el medio ambiente; es rentable”, complementa Valencia.
Punto de vista
Juan carlos Vacaflor Experto en emprendimientos
El proyecto
es fantástico
El emprendimiento juvenil estudiantil es una tendencia en el mundo hoy en día. Gran parte de los emprendimientos exitosos que se han venido desarrollando en los últimos años, provienen de las universidades y de los centros de alto nivel para la formación de emprendedores.
De hecho, en las universidades hoy en día se está privilegiando con mucho esfuerzo y energía el hecho de no sólo emitir a la sociedad profesionales, sino profesionales emprendedores. Esto, entendiendo el emprendimiento como una forma de ser en el profesional actual.
El proyecto que se está desarrollando es fantástico. De los emprendedores va a depender el convertir esto en una empresa. Es decir, en un proceso que permita resolver una necesidad, problema o deseo. Es por eso que un emprendimiento se puede convertir en eso o se puede quedar como proyecto.
Hay que reconocer que en Bolivia estamos despertando recién al emprendimiento por oportunidad. Somos expertos y maestros como emprendedores por necesidad. Sin embargo, los emprendimientos por oportunidad son sosteniblemente más exitosos y rentables.
"Los mercados producen mucha basura. Nos enfocamos en la cáscara de plátano porque tiene las fibras que necesitamos para hacer el papel”
Brenda Mansilla, tesista de Ingeniería Ambiental - UCB
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