domingo, 8 de mayo de 2011

SOS capacita emprendedores

Con Marcela, son 150 los jóvenes que actualmente aprenden en el Programa de Formación Emprendedora de Aldeas Infantiles SOS, una iniciativa que desde febrero del 2010 busca evitar, a través de la educación gratuita, que por falta de ingresos las familias se desintegren y abandonen a los niños.

“En la linea del ‘emprendedurísmo’ se capacita a chicos de bajos recursos y a mamás solteras para que trabajen independientemente o en empresas, obtengan un ingreso seguro y así puedan formar y llevar adelante a su familia”, explica la responsable pedagógica del Programa, Milenka Callejas.

Indica que, para lograrlo, se conformaron en La Paz y Cochabamba talleres de reparación y mantenimiento de celulares y computadoras, peluquería y cosmetología, diseño gráfico publicitario, patronaje y confección de ropa casual y cocina y organización de eventos. Éstos capacitaron durante 12 meses a jóvenes de entre 17 y 24 años, que provenían de la institución, de las ciudades citadas y de El Alto.

Del total de jóvenes capacitados, 73 obtuvieron diplomas de técnicos medios, avalados por el Ministerio de Educación. “Tenemos un convenio con el Gobierno, desde el 2008 hasta el 2012 y una Resolución Ministerial del Ministerio de Educación que avalan la formación que proporcionamos a los chicos de escasos recursos”, detalla.

Este año, son 150 las personas que fueron seleccionadas y se capacitan luego de una inscripción previa, en los mismos talleres que el año pasado, más uno nuevo, el de formación parvularia.

El director del Centro, Marcelo Núñez, señala que cada año se determina (con la participación de representantes de las zonas de las que provienen los alumnos), la vocación y necesidad productiva del sector. De esa manera, se asegura que los planes de negocios o las fuentes de trabajo sean rentables en el futuro.

Se inicia entonces el proceso de formación que consta de tres fases: la de competencias de ciudadanía, medio ambiente, matemáticas y computación, la de ‘aprender a emprender’ y la del desarrollo técnico específico en cualquiera de las ramas.

A la primera, que dura seis meses, le continúa la de las tutorías empresariales. En ella y de acuerdo con la formación obtenida, el estudiante ingresa a una empresa e inicia su capacitación práctica que dura 480 horas. “Hacemos un convenio entre el alumno, la empresa y las Aldeas. Los dos primeros se comprometen a cumplir y acomodarse a sus demandas, y nosotros nos encargamos de hacer el seguimiento”, indica Núñez.

En la tercera etapa, el estudiante debe presentar y defender su proyecto de negocio como un requisito para graduarse, período que dura 354 horas. “La mayoría de los practicantes del año pasado recibieron ofertas para trabajar en las empresas, pero casi todos decidieron emprender su propio negocio”, detalla Núñez.

FINANCIAMIENTO. Milenka Callejas recuerda que la iniciativa nació en marzo de 1988 como el Centro de Formación Técnica Industrial (Cenfotec), con el objetivo de formar a los jóvenes del Centro de acogimiento. “Los chicos terminaban el colegio y no sabíamos qué iban a hacer después, porque tampoco podían optar por una licenciatura”, explica.

Gracias al apoyo económico de Aldeas Infantiles SOS KDI y de sus aliados —el Gobierno Municipal y la Sub Alcaldía de Mallasa— se logró construir las instalaciones que actualmente albergan a los estudiantes, y se consiguió el equipo y el material, y contratar a los facilitadores necesarios para la capacitación. “Decenas de padrinos, embajadas y organismos internacionales aportaron durante 20 años”.

En esa época sólo se contaba con talleres de carpintería, imprenta, construcción civil y electricidad.
López agrega que para la Formación de Emprendedores, es decir desde el 2010, cuentan con la cooperación de la Embajada de Suecia.

Este aporte económico hace posible que los estudiantes dispongan de un bono diario para transporte y alimentación, que consiste en Bs 7 para varones, Bs 9 para mujeres y Bs 12 para las madres que se capacitan. “Esto funciona para la primera y tercera fase del proceso; para la segunda, las empresas deben correr con esos gastos e incluso y si así lo consideran, pueden cancelar un sueldo al practicante”.

EL FONDO EMPRENDER

Marcelo Núñez explica que concluido el proceso, los estudiantes se organizan en una Asociación de Emprendedores con Personería Jurídica, a fin de administrar y distribuir un fondo rotatorio de Bs 60.000.“Prestan el capital inicial y sin intereses a los proyectos que prueban ser sustentables y el beneficiario tiene un año para devolver el dinero”.

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