miércoles, 23 de febrero de 2011

“Soy autodidacta en artesanía”

“Siempre me atrajo la pintura, de manera que aprender este tipo de oficio llegó a constituirse en una pasión que aumenta con el transcurso del tiempo, incentivando la creatividad”

María Denny Menacho se ha convertido en un referente en San José, en cuanto a la confección y bordado de ropa chiquitana para hombres y mujeres. La sala de su vivienda ubicada en el lado oeste de la plaza 26 de Febrero, en dirección frontal con la fachada del templo jesuítico, dejó de ser el lugar de las tertulias en los atardeceres y pasó a constituirse en una vitrina grande de camisas y vestidos con simbología del barroco mestizo, artesanía de porcelana fría e imágenes religiosas talladas en madera.
Ella es maestra jubilada. Enseñaba artes plásticas en el colegio Santa Clara, profesión que adquirió de manera autodidacta y que fue complementando con sucesivos cursos cuando se presentaban las posibilidades que, recuerda hoy, antes eran escasas.
El turista que llega a la capital chiquitana y quiere llevarse un souvenir, necesariamente tiene que recalar donde la señora Denny, más conocida como Negra Menacho, donde además de apreciar las confecciones y artesanía, disfruta de la gentileza de una taza de café brasileño o un vaso de chicha.

- ¿Qué recuerda del San José de antaño?
Son gratos recuerdos del pueblo tranquilo de entonces, al punto que se podía jugar en la calle, donde la muchachada se recreaba con el run run, la macuca y la pelota quemada. De eso no queda nada, sólo las remembranzas que nos deleitamos en comentar, cuando se presenta la ocasión, los que vivimos esas instancias. Allá, por los años 50, no había servicio de energía eléctrica, pero mi padre se agenció un motor para atender a su clientela en el Bar Bolívar, frente a la plaza central.

- ¿Dónde aprendió artes plásticas?
- Creo que cuando uno tiene vocación para un determinado oficio, resulta fácil aprenderlo. Digo esto porque soy autodidacta en artesanía. Leía indicaciones que aparecían en algunas revistas, las ponía en práctica, y así fue hasta que tuve la oportunidad de asistir a un curso de pintura de acrilex que dictó en Santa Cruz un funcionario del Ministerio de Educación. También era aficionada al bordado, arte que luego llegué a dominar gracias a la enseñanza de la religiosa franciscana Angelina Cresencia Martínez.

- ¿Cuándo decidió dedicarse a las artesanías chiquitanas?
- Fue a partir del 2000. Empecé pintando camisas con los dibujos del barroco mestizo, como actividad de esparcimiento que luego se tornó intensiva debido a la demanda que iba creciendo. Después dejé la pintura y pasé a bordarlas, que son muy requeridas por la gente que viene desde Santa Cruz, de otras latitudes del país o del exterior. Me correspondió pintar los trajes chiquitanos para las danzas del Ballet Municipal y la orquesta misional San José Patriarca, dependiente de la Alcaldía, entidad que me brindó amplio respaldo para materializar esa responsabilidad.

- ¿Cuáles son los productos con más demanda?
- Están las camisas bordadas, las pintadas con diferentes tipos de dibujos con orillas de croché, vestidos, sombreros de croché, toallas pintadas y bordadas y una variedad de bolsones. Algunas familias realizan encargos específicos, es decir de determinada tela y colores.

- ¿Hay competencias en este quehacer?
- Como en toda actividad, y eso es saludable, porque directa e indirectamente obliga a la superación. La competencia fue surgiendo poco a poco, en una sana coexistencia, donde la fórmula para la sobrevivencia es la responsabilidad, ejerciendo un trabajo con tesón y mucho esmero.


- ¿Qué proyecto tiene para este año?
- Trabajar con los artesanos locales de los diferentes barrios y la Escuela Taller, y que mi vivienda, cuya sala principal se llama Artesanía San José, sea el lugar de venta de los productos confeccionados debido a su ubicación estratégica, por estar en el centro de la población. Al mismo tiempo, estoy dedicada a pintar y bordar camisas para tener una buena cantidad a disposición de la gente que llegará a este pueblo el 26 de febrero, con motivo de los 450 años de la fundación de Santa Cruz de la Sierra, y que esté interesada en llevar un recuerdo.
Aprovecho la feliz ocasión de enviar un saludo con augurios de bienestar, salud y desarrollo productivo a todos los josesanos con motivo del aniversario del nacimiento de la ciudad cruceña.

Ella

María Denny es hija de Mamerto Menacho y Selfa Montero. Nació en Roboré, provincia Chiquitos. Estudió en el colegio Santa Clara, de San José y el Santa Ana, de Sucre. Forma parte de una familia de ocho hermanos, de los cuales uno radica en EEUU, otro en Venezuela, otro en La Paz, una en San Ignacio, tres en Santa Cruz y ella en la capital chiquitana. Su esposo es Carlos Nilson La Torre Taborga. A sus amigas de infancia que más recuerda son: Belia Antelo, Vita Hurtado, Niní Vaca Díez, Gladys Capobianco y Mary Deisa La Torre.









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