El ingenio que tienen muchos técnicos en su especialidad, si es aprovechado, puede dar como resultado un gran emprendimiento. Eso sucede con Gerbacio Mamani Arias y su hijo Rubén Mamani Paredes, quienes con su talento crearon un repuesto para vehículos muy demandado pero que, por su alto precio, es una de las autopartes más buscadas.
En su taller de chapa y pintura, ubicado en Villa Mercedes F, en la ciudad de El Alto, los dos mecánicos se enorgullecen de ser soñadores con el empeño suficiente como para llevar a la realidad sus objetivos. Con ese ímpetu un día, hace dos años, decidieron comenzar a trabajar en la fabricación de una autoparte que muchos clientes necesitaban: el sistema de cierre de puertas de dos tiempos, más conocido como la chapa de las puertas corredizas de los minibuses.
La gran masa de esos vehículos cumple funciones de transporte público de pasajeros en varias ciudades de nuestro país y se calcula que sus puertas corredizas son abiertas y cerradas en promedio mil veces por día. Este excesivo uso causa que las chapas de fábrica de estos minibuses tengan un desgaste apresurado, tanto que luego de años y medio o dos años acaba su vida útil.
"Ese repuesto, aunque parezca insignificante, no se encuentra fácilmente en el mercado. Los originales son muy caros, cuestan 580 bolivianos en marca Toyota y 520 bolivianos en Nissan, y en estado usado, 370. Son precios caros para una parte que hay que reponer después de año y medio”, explica Rubén. Su padre y él vieron esa excelente oportunidad y comenzaron con la fabricación artesanal de las chapas para minibuses.
"El primer prototipo que pusimos en un minibús, hace un año y medio, se acopló perfecto y está funcionando hasta ahora”, explica Rubén. Así demuestra la calidad y garantía de la creación de su padre y él.
Las chapas Neyber-IN, como llamaron a su invención los Mamani, están hechas en plancha de acero y tienen un precio de 290 bolivianos y ofrecen al menos la misma duración que las originales, sólo que un menor costo. Sin embargo, la elaboración de cada pieza les toma aproximadamente 18 horas.
"Queremos ser competitivos y el bajo precio del repuesto es nuestra forma de ingresar al mercado, pero ofreciendo la calidad que los propietarios necesitan”, argumenta Rubén ante la consulta de si el precio no le parece bajo para la cantidad de tiempo invertida.
Incluso, su padre y él prevén rebajar más el costo. Lo más probable es que esto suceda en agosto de este año, cuando esperan comenzar a trabajar con una nueva maquinaria que proyectan comprar en los próximos días.
Por lo pronto no baja su ánimo, impulsado por una demanda mensual de al menos 10 minibuses que solicitan ese repuesto. Incluso hay dueños de minibuses de fabricación china que antes de comenzar a operar en el transporte público prefieren un cambio de sus chapas originales por las Neyber-IN.
El ingenio de Gerbacio y Rubén no se amilana. Ahora trabajan en la creación de chapas para modelos Mazda y para las puertas traseras de minibuses de toda marca y modelo.
El taller de las chapas Neyber-IN está en la calle Florida, 4195, Villa Mercedes F, en la ciudad de El Alto. Los teléfonos de contacto son el 73580497 y el 77591185.
290 bolivianos cuestan las chapas para autos Neyber-In. Su calidad es igual a las originales, que cuestan entre 520 y 580 bolivianos.
"Queremos ser competitivos y el bajo precio del repuesto es nuestra forma de ingresar al mercado, pero ofreciendo la calidad que los propietarios necesitan”.
La creatividad como motor
El mundo cambiante obliga a plantear soluciones, formular hipótesis, dar cuenta de algo nuevo, novedoso, es decir, la acción propositiva está íntimamente ligada con el proceso creativo.
La creatividad se puede definir como la capacidad de creación de elementos nuevos y dinámicos o de solución de problemas, en entornos en donde los recursos o instrumentos son escasos y limitados, y en donde se debe usar el potencial mental para llegar a soluciones adecuadas.
Los individuos creativos se rigen generalmente por criterios estrictos y exigentes, procuran siempre lograr un buen equilibrio entre subjetividad y objetividad y aceptan con facilidad la confusión y la incertidumbre, pues en lugar de desanimarlos son un desafío.
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