Los campesinos de Colomi, tiene un tesoro y no lo saben. Se trata de la arracacha, un tubérculo de la familia de las ocas y camotes, pero más grande y más jugoso. A la vez, presenta varios nutrientes, como el calcio, vitaminas y fibras. El problema es que, como no se trata de un alimento muy comercial, sólo lo cosechan para sopitas o fritos o para rematarlo en algún mercado de Cochabamba.
Sin embargo, con un par de maquinitas, construidas especialmente para este proyecto, se busca dar un viraje a la situación, lavando los tubérculos y moliéndolos hasta lograr una masa que, mezclada con otras harinas, como la de trigo, se logre pan, queques y otro tipo de manjares que destaquen no sólo por su calidad nutritiva, sino también por su sabor.
Este proyecto es ejecutado por el Centro de Mecanización Agrícola (Cifema) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), que construyó las dos máquinas y las puso a disposición en cinco comunidades de Colomi donde se cultiva el tubérculo (Coranipampa, Tolar, Duraznos, Calliri y Mosoj Llajta. También hay producción de este tubérculo en Tablas Monte y Maita Monte).
Según explica Miguel Ángel Machaca Cruz, técnico del proyecto, las máquinas fueron trabajadas hace más de un año, pensando en las necesidades de la población campesina, pues se necesitaba tecnología barata, de fácil manejo, y que las reparaciones no demanden mucho costo, como ocurre con la maquinaria industrial importada. Además, se tuvieron que utilizar materiales inoxidables considerando todas las exigencias de higiene y sanidad.
La primera de las máquinas es una lavadora que funciona con un pequeño motor de dos caballos de fuerza, un sistema de transmisión y una tela sobre la cual se coloca el producto que se lavará, en este caso la arracacha.
La segunda máquina es una ralladora, compuesta por poleas, rodillos y un motor de tres caballos de fuerza. Con cinco de estos ejemplares instalados en cada una de las comunidades, los campesinos han logrado sus primeras producciones de harina para la elaboración de pan, queques y otras masas. Por su puesto, antes de ello, hubo que capacitar a los campesinos en dos aspectos: el primero de ellos el manejo de la nueva tecnología, y el segundo, la utilización y mezcla de las harinas para lograr las masas.
Desayuno escolar
El primer destino de sus productos de masas ha sido el abastecimiento del desayuno escolar de la zona, aunque un objetivo a más largo plazo es comercializar el producto.
“Primero queremos mejorar la seguridad alimentaria de la zona, que cultiven más de este producto y que le den un valor añadido. Después podríamos pensar en vender”, explica el técnico Machaca. Por ahora, se ha dado el primer paso.
Otro de los logros de este proyecto es un premio conseguido en la categoría de Innovadores Mixtos, en un Concurso Departamental de Innovación Agropecuaria y Forestal, realizado en Cochabamba este 2 de junio.
Este concurso fue organizado por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) y el Consejo Departamental de Competitividad (CDC) de Cochabamba, instituciones que valoraron el aporte a la seguridad alimentaria de las comunidades del subtrópico cochabambino.
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