Compartimos un nutritivo desayuno y conversamos de todo: de su niñez, su amor por la naturaleza, su pasión por las cabras, su segunda lengua (el inglés), sus padres, hermanos, hijos y el amor desbordante por sus nietos, así como de sus emprendimientos y proyectos de vida.
Cynthia es una mujer valerosa, emprendedora y decidida a la que la vida le ha regalado muchas alegrías y también reveses, pero, a pesar de todo, siempre ha salido victoriosa porque de cuna heredó su sangre emprendedora, de sus ancestros maternos, el amor por los animales y la naturaleza, mientras que de los paternos, ese afán casi científico para elaborar productos medicinales y cosméticos.
Es autodidacta en el arte de manejar animales, inseminar vacas lecheras, criar cabras, elaborar derivados de la leche, extraer aceites y aguas de las frutas, fabricar cremas cosméticas y brumas equilibrantes. Por ello argumenta que son dones que le viene de su estirpe, de su ascendencia italiana y alemana, pero también muy cruceña, porque aquí nació un 10 de mayo de hace unas décadas, que su rostro no delata la edad que ella guarda sagrada y coquetamente.
Ganadera
Comenzó a criar cabras a raíz de que un tío le regaló un par. Estos animalitos a los que aprendió a amar cuando visitaba a su abuela materna allá en su propiedad ubicada en Itaguazurenda (en la provincia Cordillera). Pero, una vez que se casó por el año 74 y cuando conoció San Javier, se deslumbró con el paisaje, sus riachuelos y ojos de agua, lo que hizo que el año 1978 apostara por iniciar el negocio de una lechería. “Aprendí a inseminar con mi hermana Ilse y El Potrerito se levantó y floreció, paralelamente criaba mis cabras con mucho amor y fueron reproduciéndose velozmente”, cuenta.
Caprici
Ella atribuye que, debido a su dedicación, la alimentación y la sanidad contribuyó a que sus animales le brinden todas sus bondades, entre lo que más destaca es la leche; la de las vacas la entrega a la Pil, mientras que la de las cabras ha comenzado a industrializarla poco a poco bajo el nombre de Caprici.
“La leche de cabra es muy sana, casi tan buena como la leche materna, por ello es que hay que ver sus cualidades para saber aprovecharlas”, fundamenta Cynthia. Produce también un queso crema de sabor inigualable
Tiene un centenar de cabritas en las afueras de la ciudad, en una propiedad donde se lee un letrero que dice Villa Feliz, y se encuentra a unos pasos del cuarto anillo por la zona del canal Isuto. Ese es su refugio casi en la ciudad, y un lugar solariego donde alimenta su espíritu junto a sus consentidas. Mientras que en El Potrerito, ubicada en San Javier cuenta con más de 400 cabras que también producen ese maná blanquecino y de exquisito sabor que Cynthia tanto alaba y con justa razón.
Agricultora
Esa pasión por la naturaleza y los productos orgánicos la llevó a plantar hace más de 20 años 1.000 achachairuses, árboles que han comenzado a dar frutos. Al ver esta maravilla de la naturaleza se puso a investigar la forma de sacar todos los beneficios de esta exótica fruta, entonces buscó la forma de exportar al mercado norteamericano, para ello aprendió a clasificar la fruta, y procesar la pulpa, la semilla y la cáscara por separado.
En ello también se encuentra enfrascada, con la meta de llegar a una feria en Miami el mes de octubre para mostrar su producción, que ya han venido a conocer científicos norteamericanos.
Bioquímica
Definitivamente esta mujer afirma que su afán de superación y el amor de Dios la pueden llevar muy lejos, para ejemplo de sus hijos y nietos. “Es que para la mujer no hay imposibles, solo debemos confiar en nuestras cualidades y confiar en el Creador”, afirma convencida de que aún le queda mucho camino por recorrer
Así es que aprendió también a destilar aceites y aguas de frutos exóticos, llamados hidrolatos de achachairú, papaya, tembe, guapurú, manga, pitón, granada, lima botón, cinini, guayaba entre otros. Los hidrolatos son el producto acuoso de la destilación de los aceites esenciales.
Se instruyó también para hacer cremas con aceite de copoazú, sésamo, palma real, macadamia y tembe, ideales para hidratar y nutrir la piel.
Así nos reveló uno de sus secretos para mantener ese cutis lozano y radiante.
Grandes proyectos
Primeramente posicionar su leche Caprici y promocionar las cualidades de la leche de cabra. Es un emprendimiento personal que piensa dejar como herencia a sus nietos.
Luego llegar a los mercados del extranjero con sus achachairuses. Y demostrar que las mujeres pueden salir adelante a pesar de las adversidades de la vida, por ello también quiere demostrar que las bondades de las frutas exóticas que se encuentran en nuestros mercados pueden ser aprovechadas al cien por cien.
Las cremas nutritivas y las brumas equilibrantes que prepara son exquisitas y valiosas para la piel, el órgano más grande del cuerpo humano.
Ella es hija del médico Elvio Fulvio Foianini Banzer y de doña Irma Gutiérrez Velasco, la madre de Cecilia y Gustavo Pereira y abuela de Bruno, Victoria, Samara y Adriano. No importa los años que tenga, con ese espíritu optimista y con ganas de triunfar quiere proyectar lo que aprendió en el transcurso de su vida, gracias a su dominio del idioma inglés y su apego a sus raíces y costumbres de esta tierra que la vio nacer.
Gracias Cynthia por el desayuno, la inigualable y exquisita leche, aquel suave queso con miel, así como la caminata por Villa Feliz, un nombre ideal, como usted.
REALMENTE UNA MUJER EMPRENDEDORA, ESO SE NOTÓ CUANDO CONVERSAMOS EN EL ALMUERZO
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