Son realizados en una casa humilde con ingredientes naturales y sin productos químicos. Sin embargo, no tienen nada que envidiar a los que son producidos en empresas de renombre y de grandes inversiones económicas.
Se trata de los helados Carrasco, los mismos son elaborados por la señora Danitza Carrasco, quien desde hace dos años osó hacerle la competencia a los vendedores ambulantes de marcas tradicionales para imponer su sello propio.
Helados de maracuyá, limón y naranja en vasos y a precios módicos. Con un sabor indiscutible a frutas naturales a favor, pero sin un nombre o una marca, la mujer de 35 años comercializa sus helados en el mercado La Ramada, donde se hace propaganda a puro pulmón y de boca a boca, pues "quien los prueba no los olvida y pasa la voz", afirma la emprendedora, quien tiene bien claro el objetivo de crear su propia empresa.
"Quiero que mis helados sean tan conocidos como los Cabrera o cualquier otro. Lo que me falta es un impulso económico, porque el sabor es propio", expresa mientras resalta la singularidad de sus helados en los sabores de naranja, limón, maracuyá, entre otros. "La gente no encuentra estos sabores en cualquier carro ambulante y en este precio, esto me motiva", dice mientras oferta sus helados en Bs 2 y las tres unidades por Bs 5, además que los vende por kilo a Bs 20.
Sin duda que su negocio que empezó por mera casualidad, como ella afirma, se está gestando y se perfila para crecer.
Emprendedora. Desempleada y con dos hijos a cargo, la mujer cuenta que se vio en la necesidad de buscar la manera de sustentar a su familia, aunque solo sabía las labores de casa y el secreto de una tía suya para preparar este tipo de postres. "Sabía que de empleada me costaría por mis hijos que eran chicos, entonces dije por qué no hago los helados y los vendo en casa", recuerda.
Es así que con ingredientes en mano empezó la preparación de los mismos. "Empecé haciendo 40 y me fui a La Ramada y los ofrecí en un comercial, al principio la gente era reacia a comprar porque no tenían una marca, pero al probarlos los mismos comerciantes me motivaron a que haga más, porque les gustó", expresa, mientras cuenta la grata experiencia que tuvo en su primera venta al público. "A partir de ese día aumenté mis ingredientes, no hago más de 200", dice mientras señala como su principal dificultad la lejanía de su hogar hasta la ciudad y no contar con personal para expandir a más zonas sus productos.
"Pensé en agrandar mi negocio y hasta me contraté una chica, pero es difícil, ya que mis ganancias no hacen mérito", confiesa. "La otra vez quise poner mi sello en los vasos, pero me salía una suma que solo vendiendo un año la lograría recaudar", expresa.
Pese a ello no se da por vencida y con la ayuda de su pareja emprende sus ventas en el mercado popular. Asimismo aprovecha cada feria o evento masivo que se organiza en La Guardia para ofertar sus helados y asegura que no le va mal. "Para las ferias me preparo con la heladera llena y pido el micrófono para vender, pues sé que en la medida que más lo conozca la gente podré hacer crecer mi negocio", dice la mujer.
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