lunes, 27 de febrero de 2012

Carlos Peña. Artesano fabricante de abarcas : «Produzco abarcas todoterreno»

En su humilde vivienda cercada por frágiles paredes de barro y techo cubierto por viejas tejas casi todas parchadas funciona su taller. Prefiere que lo llamen por su apodo ‘Waico’ y se define como un artesano desenchufado de la tecnología y procedimientos industriales. Tiene una peculiar habilidad para fabricar abarcas con suela de caucho y finas hebillas sujetan el cuero de cada una de las piezas que produce y alcanzan alta demanda en poblados que se concentran en Mairana, Comarapa y Vallegrande, en la ruta a los valles cruceños.
- ¿Cómo es una jornada laboral en la vida del ‘Waico’ ?
- Los quehaceres empiezan temprano para aprovechar el aire fresco de las montañas. Antes de cualquier cosa, como hombre del campo, me lleno e inflo el cachete de coca para hacer llevadera la jornada. Después, alisto los moldes de las abarcas, clavos, hebillas, caucho y cuero curtido y empiezo a dar forma a las sandalias. Dependiendo del estado de ánimo, fabrico entre cuatro y seis pares por día, aunque el tope son tres docenas por semana.
- ¿Es rentable producir abarcas en este tiempo?
- No me quejo y me siento, como dicen en las esferas empresariales, un emprendedor exitoso porque lo que genero me alcanza para vivir sin apuro. Vivo solo, no tengo a quien mantener y fabrico las abarcas a pedido. Por semana entrego hasta tres docenas (cada una vale Bs 350) a comercios que se concentran en Mairana, Comarapa y Vallegrande. Incluso muchos camioneros que conocen mi trabajo me compran hasta tres pares por semana.
- ¿Su trabajo es bien reconocido en la zona, son los agricultores sus clientes preferenciales?
- Es que los materiales que uso para la fabricación de las abarcas las hacen muy resistentes y, en calidad, son iguales o superiores a la de los calzados Kichute, por eso los agricultores las privilegian.
Ellos son mis clientes estables. El precio bajo -el par cuesta Bs 40- es otro factor importante que motiva buenas ventas.
- ¿De dónde consigue los materiales para producir las sandalias?
- Camión que se le pincha la llanta cerca de mi casa está listo. No, no, es mentira (risas). Las llantas que utilizo para las suelas las compro en varias llanterías que operan en Santa Cruz y el cuero curtido, los clavos y las hebillas metálicas en un negocio que funciona en la calle Cordillera, en la capital cruceña.
Precisamente, la persona que creó la tienda, desaparecido hace varios años, fue mi maestro y quien, a punta de cocacho, me enseñó a fabricar las abarcas. Cada dos o tres semanas me ausento a Santa Cruz (vive en Villa San Pedro, distante 175 kilómetros en la ruta a los valles cruceños) para abastecerme de dichos insumos.
- Tiene una oferta diversificada, ¿cuántos modelos produce?
- Aquí viene la parte bonita que me gusta comentar porque los nombres que patenté a los tres modelos que produzco son curiosos y graciosos. Fabrico las ‘quiñas’ que son preferidas entre los vallegrandinos por las crucetas entrelazadas de cuero y hebillas que llevan y que permiten mayor comodidad a los pies.
Después están las ‘guerrilleras’, que son las que usó el ‘tata’ y mítico combatiente Ernesto “Che” Guevara en la guerrilla de Ñancahuazú y finalmente están las ‘mamani’, que son las ojotas tradicionales producidas en su integridad con caucho. Este último modelo es muy cotizado entre los agricultores de la zona de los valles cruceños porque son como esos vehículos todoterreno que se adaptan a cualquier zona del país.
- ¿En el plano estrictamente empresarial, cuáles son sus aspiraciones a futuro?
- Lindo sería recibir un respaldo económico (crédito) de algún banco, cooperativa o ente del sistema financiero para potenciar mi producción y aspirar a expandir la actividad comercial no solo en los valles, sino pensar hacer lo mismo en la capital cruceña y otros rincones del país.
- ¿En el ámbito político cómo ve la actual gestión?
- Mire de ese tema prefiero no hablar porque siempre viví de mi trabajo, la política no alimenta, solo crea enemistad.

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