Mediante una prueba realizada por sicólogos de la Universidad de Standford (EEUU) en la década del 60, se puso marshmallows (dulce esponjoso) al alcance de niños de cuatro años de edad. Se les dijo que si lograban esperar un tiempo sin comerse el que se les entregó a cada uno, recibirían otro como premio. Algunos niños superaron la prueba; otros no pudieron resistirse.
A través de ese experimento, los investigadores demostraron la importancia de la autorregulación y consideraron que existe un nexo directo entre la capacidad de retrasar la gratificación y el éxito en la vida.
Tras varios años de seguimiento, descubrieron que los niños que sucumbieron rápido a la tentación de comerse el dulce esponjoso se convirtieron en adultos impulsivos y menos tolerantes a la frustración, tuvieron menores logros laborales y relaciones más inestables.
Por el contrario, los que esperaron y tuvieron mayor autorregulación, se convirtieron en adultos más perseverantes, socialmente más competentes y con mayor éxito laboral.
La autorregulación, entre otras habilidades socioemocionales (como la autodisciplina, perseverancia, adaptabilidad, trabajo en equipo y otras), es considerada un factor clave para el desarrollo de una fuerza laboral competitiva y exitosa, asegura el Banco Mundial (BM), tras enfatizar que hoy en un mundo laboral cambiante no basta la formación y desarrollo de capacidades cognitivas (conocimientos y habilidades de comunicación, numéricas, resolución de problemas, etc. ).
Según ese organismo, las habilidades socioemocionales se pueden reforzar y enseñar en el hogar y en la escuela y mientras más temprano se inicien será mas fácil tener resultados.
Este tema fue analizado durante una conferencia virtual, de la que participó D&F, denominada ¿Cómo preparar a la fuerza laboral del siglo XXI? Todo empieza con la primera infancia.
En la oportunidad, Omar Arias, Líder Sectorial de Desarrollo Humano del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela dio a conocer los resultados del estudio Fortaleciendo las Habilidades y la Empleabilidad en el Perú realizado por esa entidad. A la par se difundió el video Más allá del ABC y el 1,2,3: Habilidades para los Peruanos del S.XXI sobre la importancia del desarrollo de las habilidades socioemocionales para fortalecer la empleabilidad laboral.
La investigación del BM analizó las barreras para el acceso al mercado laboral urbano en Perú.
El video mostró como los peruanos bien preparados para la economía global del siglo XXI necesitan más que nunca diversas habilidades socioemocionales, además de una buena base de habilidades cognitivas.
Dicho estudio se basa en una encuesta reciente a empleadores de 900 empresas y una encuesta única en América Latina que midió por primera vez las habilidades cognitivas y socioemocionales de la fuerza laboral (a unos 2,700 trabajadores) y como inciden en la empleabilidad .
“Encontramos que al igual que en otros países desarrollados y de ingresos medios como Perú, las habilidades cognitivas y socio emocionales importan por igual para lograr una buena inserción laboral (...) Por ejemplo, la perseverancia, el grado en que la persona lucha por seguir metas de corto y largo plazo, paga tanto en el mercado de trabajo como la habilidad cognitiva”, dijo Arias.
Expertos bolivianos en gestión y capacitación de recursos humanos, coinciden en indicar que es importante formar desde la infancia las habilidades, destrezas y competencias laborales.
“Desde una temprana edad se debe incentivar la responsabilidad en el cumplimiento de roles dentro del hogar y el colegio. Eso permitirá que con el tiempo el niño vaya fortaleciendo su personalidad y su liderazgo para convertirse en un buen trabajador o en un potencial emprendedor, señaló René Salomón, director de la Fundación Trabajo Empresa.
Adriana de Souza, gerente de PA&Partners coincide en que las cualidades socioemocionales son también determinantes para poder ser un excelente profesional.
“Además de la experticia, muchas empresas exigen hoy altos niveles de competencias para incorporar a nuevos funcionarios a su equipo. Está demostrado que no sólo la experiencia, el nivel de conocimiento, capacitación técnica son los únicos factores esenciales a la hora de desarrollarse en el ámbito laboral”, afirmó.
Hugo Urquizo, gerente de Manpower Bolivia, considera que el potencial humano se ha ido convirtiendo en el principal agente de crecimiento económico. “Se debe adaptar la mentalidad para asegurarse de que contar con el adecuado modelo de capital humano no sólo significa considerar los conocimientos y años de estudio o experiencia laboral. Hay que pensar en las habilidades blandas que también contribuyen con el desempeño y madurez de los individuos: la flexibilidad, la buena comunicación, innovación, resolución de problemas, entre otros”, indicó.
Algunas recomendaciones para cuidar la ‘empleabilidad’ de los trabajadores
CIDCRUZ / Rosario Rosa Ressini
Mostrar capacidad y eficiencia
“Para cuidar el empleo hay que saber ‘hacerse imprescindible’ demostrando capacidad, eficiencia, honradez y buenas relaciones con los superiores y compañeros de trabajo. Por cada empleo habrá siempre más de un candidato disponible y ese es un riesgo que se debe calcular. En un estudio reciente del mercado laboral en Bolivia realizado por Funda-Pro, llama la atención que un problema aún más serio que la dificultad para conseguir empleo, es el del tiempo prolongado que transcurre para hallar un nuevo puesto de trabajo. Hay personas que tardan hasta un año o más. Lamentablemente el cuidado del empleo demanda cada vez más la renuncia de los derechos laborales, de los espacios privados y de tiempo libre para la familia, el entretenimiento, la continuación de estudios, vacaciones, etc.”/Cidcruz: Centro de Investigación y Documentación Sta Cruz.
Pa&partners / hugo urquizo
Compromiso con lo que uno hace
“En mi relación con clientes y procesos internacionales me atrevo a decir que existe una relación inversa. En la medida en la que los cargos son más operativos, el proceso es más exigente en cuanto a competencias técnicas. Mientras más alto es el cargo son más determinantes los aspectos socio-emocionales. Cualidades como el liderazgo, trabajo en equipo, orientación a resultados, ética, honestidad, trabajo bajo presión, tolerancia y sensibilidad interpersonal, de la mano con la experticia abren muchos caminos al hacer carrera en el ámbito profesional-laboral. Para cuidar su ‘empleabilidad’, el trabajador debe sentirse comprometido con lo que hace y con la empresa donde trabaja. Eventualmente es recomendable revisar (puede ser en el periódico) los perfiles de trabajadores que están exigiendo las empresas con el fin de autoanalizarse y mejorar”.
Manpower/ Hugo Urquizo
No hay que descuidar la capacitación
“En muchos mercados percibimos que, a pesar de los altos niveles de desempleo, existe dificultad para cubrir determinados puestos de trabajo. La escasez de talentos está latente y nos lleva a recapacitar en la importancia de mantenerse actualizado para ajustarse a los cambios del mercado laboral actual. Los jóvenes que están procurando un empleo deben ser conscientes de la necesidad de mantenerse en constante formación. Los empleadores están percibiendo la importancia de tener en cuenta las cualidades blandas de las personas: cautela y buen criterio, actitud positiva, eficiencia y eficacia, inteligencia emocional, talento, flexibilidad, creatividad e innovación. Para cuidar su ‘empleabilidad’, los trabajadores tienen que tener una mentalidad ávida por aprender para seguir desarrollando y liberando su potencial humano a lo largo de su desempeño laboral”.
Fundación trabajo empresa / René Salomón
La constante superación es clave
“Las empresas hoy en día requieren personas ubicadas adecuadamente con su sociedad. Es importante que la constante superación y competencia marquen la pauta de su trabajo. Por otro lado, es necesario desarrollar los conceptos de solidaridad y compromiso social, indispensables para trabajar en equipo. La continuidad de cualquier trabajo está basada en el desenvolvimiento del propio trabajador. La iniciativa de desarrollo personal, el complemento a las actividades de sus compañeros y la sana competencia deben hacer del trabajador un intra-emprendedor dentro de una empresa. Esas habilidades y las aptitudes innatas se deben cultivar. Por ejemplo: el ser un buen soldador contratista no es suficiente, cuando este oficio requiere de un compromiso con el resultado, la calidad y puntualidad. Además, el trabajador debe apostar a una constante capacitación”.
Lo que hay que ver con lupa
- Realidad. Para conseguir un buen trabajo, ¿Basta con ser listo, inteligente? ¿Sacar buenas notas? ¿Expresarse bien? ¿Saber de números?. Por supuesto que todo eso es importante. No obstante, en los últimos años se ha descubierto que las cualidades o habilidades socioemocionales de una persona son tan importantes como su capacidad cognitiva o cuánto conocimiento tiene para la inserción en un mercado laboral cambiante (y para una vida más plena).
- Formación. ¿Cómo fomentar el desarrollo de esas habilidades?. La formación de habilidades es un proceso acumulativo a lo largo del ciclo de vida. Es como subir por una escalera: desde la edad temprana hasta la vida adulta, el desarrollo y el aprendizaje en cada peldaño sientan las bases para avanzar al siguiente. Pero hay periodos sensibles en los que la interacción entre la heredabilidad (influencia genética) y el entorno familiar y comunitario es determinante. Las inversiones tempranas son clave. La neurología nos enseña que la plasticidad del cerebro disminuye con la edad. Por ello, mientras más temprano más fácil y eficaz es influir en su buen desarrollo.
- Retos. El estudio del Banco Mundial identifica dos grandes desafíos para fortalecer la empleabilidad y mejorar las oportunidades laborales en Perú: I) encauzar mayores esfuerzos y recursos para desarrollar las habilidades básicas de los trabajadores, especialmente los jóvenes, II) mejorar el acceso a la información y la calidad de las opciones de formación técnica y profesional. Se proyecta hacer otros estudios en la región.
Resultados
- Demanda. Los empleadores peruanos, según el estudio del Banco Mundial, demandan habilidades cognitivas (comunicación, numéricas, resolución de problemas) y socioemocionales (autodisciplina, perseverancia, adaptabilidad, trabajo en equipo) de los trabajadores.
- Debilidad. Muchos jóvenes peruanos, en particular aquellos provenientes de hogares de menores ingresos, hacen inversiones subóptimas en el desarrollo de sus habilidades técnicas y profesionales por carecer de información o por deficiencias en la provisión de la capacitación laboral.
- Certificación. Aun entre los trabajadores con mayor nivel de habilidades y escolaridad, muchos no logran potenciar sus ingresos en el mercado laboral porque no tienen como demostrar o certificar sus habilidades o nivel de escolaridad, ya sea por altos costos o trabas o por carecer de contactos que den fe de sus habilidades.
- Estrategias. Las recomendaciones específicas que da el Banco Mundial incluyen estrategias integrales de largo plazo que prioricen las inversiones en el desarrollo en la primera infancia de los niños de bajos recursos económicos, el fortalecimiento de los servicios educativos y de salud y la formación para el trabajo./BM
Opinión
Países aún con más desafíos
Omar Arias / Lider sectorial del Banco Mundial
El estudio que realizó el Banco Mundial en Perú buscaba conocer cuáles son las habilidades más valoradas en los trabajadores. Encontramos que hay una correlación entre la gente que está mejor dotada de habilidades socioemocionales con el éxito laboral así como con los niveles de satisfacción personal. Obviamente tener un buen trabajo no garantiza la felicidad, pero ayuda.
Una educación de calidad ya no tiene que ver solo con que los niños aprendan y desarrollen habilidades cognitivas (es decir que aprendan a leer, a comunicarse, etc), sino que su formación debe ser más integral incluyendo también habilidades socioemocionales. En ese sentido, de acuerdo al estudio realizado, se identificó que la autorregulación es importante tanto para el éxito laboral como para el bienestar general de una persona.
Hay evidencias de que la formación técnica es ineficiente cuando no hay una buena base de habilidades integrales (cognitivas y socioemocionales). En las entrevistas que hicimos a empleadores en Perú, algunos decían estar interesados en capacitar a sus trabajadores pero temían que estos no lleguen a tiempo a esas capacitaciones, no las terminen o falten al trabajo. La capacidad que tiene una persona de aprender nuevas cosas depende si tiene buena base en habilidades genéricas.
La formación de esas habilidades debe empezar a una edad temprana. Hay estudios que dicen que los niños que crecen en entornos desfavorables, no logran desarrollar esas habilidades socioemocionales ni cuando llegan a jóvenes o adultos.
Países como Perú, Bolivia, Ecuador y otros países andinos tienen aún grandes desafíos por atacar problemas estructurales, como las altas tasas de desnutrición infantil. A ello se suman los problemas en la etapa de educación inicial y en los servicios de desarrollo infantil que en la mayoría de los países aún son limitados. Lo que ocurre es que cualquier desventaja inicial se amplifica en los demás ciclos de la vida.
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