Los importadores de ropa usada en el país no pasan de 30

El presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de Bolivia (Conamype), Víctor Ramírez, afirmó que los importadores de ropa de medio uso no son más de 30 personas en el país, que se enriquecen a costa de los vendedores en las calles.
Según el dirigente este grupo de personas que internan ropa usada, incluso llegaron a ser presidentes de clubes del fútbol profesional reconocidos en el país. Sin embargo, se abstuvo de mencionar nombres.
"Yo les digo que los grandes peces gordos del contrabando que no son más de 30 peces gordos de la ropa usada que inundan el país con la ropa usada y que se hacen millonarios y ellos venden”, dijo en una entrevista con CTV y reproducida por ANF.
Ramírez pidió a la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas, a las Fuerzas Armadas, al Control Operativo Aduanero y a la Aduana Nacional de Bolivia que efectúen los controles para evitar que ingrese al país esta mercadería que causa perjuicio económico al sector productivo.

Vito Herbas, presidente de la Asociación de Productores de Calzado y Artículos de Cuero, remarcó que la comercialización de prendería usada es una actividad ilegal, por lo que las autoridades tendrían que ponerse más fuertes con la aplicación de las leyes.
"El Gobierno no debe dar el brazo a torcer , ya han sido demasiado blandos con ese sector. No podemos continuar siendo el basurero del mundo donde todos mandan lo que no les sirve para que los bolivianos lo compren”, argumentó.
Noelia Cabrera, encargada de comunicación de la empresa manufacturera de cuero Calzart Bolivia, afirmó que las empresas y productores deberían dedicarse a plantear propuestas para trabajar junto a los ropavejeros.
"La solución no es aplicar medidas radicales como la prisión; ellos son especialistas en la comercialización y nosotros sabemos producir, podemos realizar alianzas en ese sentido”, dijo.
Los comerciantes de prendería a medio uso colapsaron el lunes el centro de La Paz, en demanda de que se anule la prohibición de la venta de esta ropa.