La ciudad de Viacha, a 22 kilómetros de La Paz, concentra un gran número de bordadores de mantas que por lo general trabajan dentro de su casa cubriendo los pedidos de sus clientes.
María Marta Choque Ramírez es una de ellas. Lleva más de 20 años en el trabajo de bordadora y es una de las pocas “manteras” que tiene su tienda propia en esta ciudad.
En la calle Murillo, número 57, Choque atiende a sus clientes y también cubre grandes pedidos para la ciudad de La Paz.
“Nosotros hacemos los diseños. El cliente nos dice, más o menos, qué desea y nosotros lo hacemos”, afirma Choque. La época que más pedidos tiene es para el Gran Poder.
Sin embargo, Choque explicó que en los últimos seis años el pedido de mantas va disminuyendo debido al negocio de alquiler de mantas que ha influido negativamente en la elaboración.
La importación de telas diseñadas y bordadas desde China es otro factor que ha disminuido sus pedidos y ventas. Sin embargo, todavía hay quienes prefieren diseños exclusivos, como los que ofrecen los bordadores de Viacha.
“Nosotros nunca sabemos a dónde van a ir nuestros bordados”, dice Choque. “Generalmente, nuestras clientes no nos lo dicen, por temor a que nosotros se lo digamos a su competencia, o los otros vendedores de mantas, que también son nuestros clientes”, agrega. Según esta artesana del bordado, las mantas que más se están vendiendo son las “Mamani Mamani”, diseños inspirados en las pinturas del artista boliviano del mismo nombre que adornan esta prenda tan importante para la chola paceña.
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