Castaña convertida en combustible. Básicamente, en eso consiste el proyecto realizado por tres ingenieros industriales, quienes decidieron participar en el concurso Ideas Emprendedoras sin imaginar que ganarían 22.000 dólares para poder implementarlo.
Liset Contreras, Lizet Zeballos y Mario García –todos estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA)– iniciaron el proyecto hace un año con intensas investigaciones sobre las propiedades de la cáscara de castaña transformada en pellet (combustible granulado).
El proyecto “Pellets de castaña como combustible ecológico” consiste en aprovechar los residuos de la castaña para generar energía ecológica con los desechos molidos y comprimidos.
Sin embargo, el valor de esta iniciativa reside en la conservación del medio ambiente. Al quemar la cascara de castaña no se produce contaminación, sino que siendo un recurso renovable, las cenizas que quedan se pueden utilizar como abono, en contraste con el gas natural, cuyo dióxido de carbono lo consumen las plantas, provocando contaminación y efecto invernadero. Los pellets de castaña pueden ser utilizados en hogares para generar aire acondicionado, en calefones, para chimeneas, estufas y en las industrias generando calor, vapor y energía eléctrica.
Contreras da un ejemplo de su equivalencia y eficiencia. “Bolivia produce unas 20.000 toneladas al año de cáscara de castaña que al quemarse generan al menos 41 millones de calorías. Eso representa el ahorro de 373 mil garrafas por año”, explica.
La emprendedora afirma que este proyecto disminuiría la contaminación, contribuiría en la búsqueda de nuevas formas de energía en todo el mundo, daría una alternativa ante la elevación del precio del petróleo y generaría más fuentes de trabajo entre los recolectores de castaña.
Pero al ser un producto amazónico, en ciertas épocas sería dificultoso trasladar la castaña por la deficiencia de la carretera.
A pesar de ello, el sueño que conservan es “realizar la primera producción el segundo trimestre de 2011, llegar a tener una planta automatizada y apoyar a personas emprendedoras a desarrollar sus proyectos que cuidan el medio ambiente”.
20.000 toneladas de castaña listas
Cada año Bolivia produce 20.000 toneladas de castaña que podrían ser utilizadas para la elaboración del combustible ecológico.
La actividad de la explotación de la castaña representa más del 75% del movimiento económico de la zona norte de Bolivia: Pando, la provincia Vaca Diez del Beni y la provincia Iturralde de La Paz.
Se estima que el 99% de la producción nacional está destinada al mercado de exportación, lo cual genera 31.3 millones de dólares anualmente.
La importancia de la castaña no sólo radica en su aporte a la economía de la región amazónica, sino a su componente ecológico en la preservación de la selva, ya que su explotación permite frenar la depredación de los bosques.
En Bolivia existen condiciones para el desarrollo del árbol de castaña en un área que abarca más de 100 mil kilómetros cuadrados, lo que equivale al 10% de la superficie total del país.
El árbol de la castaña produce desde el mes de noviembre en el que se encuentran los primeros frutos, pero es recomendable iniciar la zafra en la segunda quincena de diciembre.
La zafra se prolonga hasta marzo, expandiéndose hasta las zonas más alejadas y en algunos casos volviendo a recorrer de los lugares donde se recogió en un primer momento.
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