La Asociación de Pequeños Productores y confeccionistas de El Alto y La Paz (APPCEAL), que acoge a 200, logró dos preacuerdos para vender textiles en los estados de Mato Grosso y Sao Paulo de Brasil.
El presidente de la asociación, Gualberto Quispe, informó que entre abril y mayo una delegación de los productores estuvo en el estado de Sao Paulo, donde logró contactos con importadores de prendas de vestir. Allí se acordaron precontratos para la venta de pantalones cortos y bermudas para el verano y el compromiso de empresarios de Mato Grosso para que lleguen al país, en junio y julio, en busca de contratos para la compra de camisas, deportivos y ropa para niños.
Estos acercamientos se enmarcan en el acuerdo de preferencias arancelarias entre Bolivia y Brasil para la exportación de prendas de vestir bolivianas por el valor de 21 millones de dólares con aranceles preferenciales.
Quispe informó, sin embargo, que durante su viaje a Sao Paulo corroboró que los empresarios brasileños desconocen las ventajas de ese acuerdo y recién en el encuentro organizado por el consulado en ese estado brasileño, entre pequeños productores e importadores, estos últimos se enteraron del acuerdo bilateral.
El dirigente pidió al Gobierno que se amplíe el acuerdo con Brasil por un año más, puesto que recientemente han entablado contacto para exportar, pero el pacto fenecerá en septiembre.
Otra dificultad que apunta Quispe radica en que los precios que ofrecen los brasileños son impuestos, de manera que el margen de ganancias para los bolivianos es mínimo. Para mejorarlas, dijo el pequeño productor, “pedimos al Gobierno nacional que impulse la fabricación de telas bolivianas o que libere de aranceles la importación de telas” exclusivamente para los artesanos. Dijo que el mayor costo ahora es que ellos trabajan con telas que compran del comercio y que les resultan caras para la exportación.
Existe la posibilidad de que los brasileños vendan sus telas a los bolivianos, pues con este mecanismo las prendas exportadas a ese país, hechas de tela brasileña, serían internadas libres de aranceles. Si las prendas exportadas fuesen hechas de telas asiáticas, el arancel llegaría a 11 por ciento.
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