Unos 91 planes de negocio que nacieron en Cochabamba están carrera para llegar a la final de la séptima versión del concurso “Ideas Emprendedoras”.
La Fundación Nuevo Norte (FNN), que organiza la competencia, recibió en total 510 propuestas empresariales que entraron en el concurso para acceder a los más de 30 premios en efectivo.
Todos los departamentos del país tienen sus representantes, sin embargo, la mayoría de las iniciativas pertenecen a La Paz y El Alto (44 por ciento), seguidas por Cochabamba (18 por ciento) y Santa Cruz (15 por ciento), informó el director del evento, Mauricio Acosta.
El ejecutivo de FNN recordó que este año participaron 2.919 concursantes que presentaron 2.294 ideas (71 por ciento nuevas y 29 por ciento en marcha), de las cuales 1.596 lograron clasificar en una primera fase.
Las estadísticas reflejan que el 88 por ciento de los planes de negocio presentados se originan en el área urbana y 12 por ciento en el área rural; 64 por ciento pertenecen a concursantes varones y 36 por ciento a mujeres. El 73 por ciento son de ideas nuevas y 27 por ciento de ideas en marcha.
Asesoramiento
La Fundación Nuevo Norte explicó que en la siguiente fase, después de la primera evaluación, los concursantes cuyos planes de negocio logren clasificar tendrán la oportunidad de contar con un asesoramiento personalizado y especializado para consolidar sus documentos, y calificar a la última fase del concurso, donde los finalistas defienden sus planes y salen los ganadores.
Motivaciones y premios
Objetivos
De acuerdo a estadísticas, la motivación mayor para participar en el concurso es la posibilidad de establecer alianzas y conocer a posibles inversores.
Premios
El concurso cuenta con 35 premios distribuidos en 11 categorías. El objetivo del concurso es promover la cultura emprendedora.
Ventana
“No es fácil empezar a aprender otra vez, pero es necesario”
Daniel E. Guzmán, Director de la Fundación de Investigación e Innovación
Hace algunas semanas compartimos con un equipo de trabajo el concepto de los paradigmas y cuando reflexionábamos el tema nos sorprendió entender que son limitaciones que tenemos para alcanzar determinados objetivos.
Los paradigmas definidos como verdades asumidas por la mayoría y hechas en muchos casos reglas para medir los resultados, solamente consiguen hacer más simple o poco eficiente nuestro trabajo.
Hay paradigmas, por ejemplo, cuando uno llega a determinado lugar y encuentra que se hacen las cosas de un modo, ya nadie conoce la razón de esa forma de proceder y la única respuesta que se encuentra “es siempre lo hemos hecho así y nos ha dado resultado”.
Otra idea que surgió en la reflexión está relacionada a que los paradigmas y la realidad marcan que vivimos en un mundo donde las percepciones quieren imponer la verdad, siendo que cada uno tiene una percepción diferente, lo que nos hace pensar que cada uno tiene verdades diferentes.
Muchos paradigmas son creados a través de temores desde nuestra niñez y ponen límite a nuestras formas de actuar y alcanzar los objetivos trazados.
La pregunta es: ¿qué podemos hacer entonces con las percepciones y paradigmas? La respuesta tiene que ver primero con entender que no tenemos toda la razón con respecto a las cosas y situaciones, para que a partir de esa idea tengamos la humildad de desaprender y volver a aprender.
No resulta fácil empezar de nuevo a aprender cosas y caminar en la línea de ser objetivos porque como seres humanos tenemos una gran carga de emociones y, como diría un conferencista internacional, nos gusta andar con calvarios por dentro y permanecer concentrados en cosas subjetivas.
Por todo esto podemos andar siempre pensando en cómo cambiar y encontrar una nueva forma para hacer un determinado trabajo y cuando escuchemos “así siempre lo hemos hecho” es momento de cambiar de dirección y empezar de nuevo. Seguro que si lo hacemos no necesariamente seremos felices, pero sabremos que estamos en camino para lograr nuestros éxitos.
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