martes, 9 de junio de 2009

Microempresarios del charango denuncian que el Mercosur todavía no abre sus puertas

Los microempresarios, que se dedican a la fabricación de charangos, denuncian que el Mercosur cierra las puertas a la producción nacional, y una muestra de ello es que su mercadería está retenida en la frontera con Argentina, y las autoridades nacionales hasta el momento no dan solución al tema.

Hace un año los artesanos recibieron capacitación por parte del Gobierno sobre cómo exportar a mercados del Mercosur, con la esperanza de que en los siguientes meses puedan cumplir el sueño: vender en el mercado argentino.

Alejandro Aliendre, Vicepresidente de la Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa de Oruro, denunció que productos realizados por bolivianos se encuentran detenidos en la frontera, sin justificación alguna, y son afectados por la política del Gobierno argentino que no permite el ingreso de mercadería boliviana. Y “que a la fecha no cuenta con el apoyo de las autoridades bolivianas”.

El dirigente señaló que los productos afectados por la política argentina son: charangos de exportación, productos acabados en madera, como puertas, ventanas; al igual que productos textiles, como mantillas, ponchos y otros artículos.

“La esperanza que teníamos en este Gobierno, lo han matado, día a día, porque las autoridades del Ministerio, Viceministerio y directores no dan la orientación exacta de cómo exportar (a mercados vecinos). Llegamos al colmo de que no podemos hacer una exportación individual que está por debajo de los $us 900, pero si lo tuvieran que hacer a través de una agencia aduanera el costo para el productor sería de más de $us 1.300, incluso prestándose una importadora del lado argentino”.

Aliendre comenta que la exportación para los microempresarios ‘no es como tanto se lo pinta’ en los viceministerios que les instaban para exportar.

“... Eso, sólo confunde, ya que muchos microempresarios regresamos de frontera y pese a que hablamos con funcionarios del Viceministerio y Ministerio de la Producción, lamentablemente no hay tal exportación”, reveló.

“Hemos venidos ‘a chocar con piedra’, cuando vemos que de la Argentina por día pasan como mínimo 100 camiones, incluso con productos que se producen en nuestro país, como es el vino, como es la cerveza, champús, frutas y textiles”, contó muy molesto el dirigente Kirquincho, y a la vez se ve impotente por no poder hacer nada por sus productos.

El dirigente de la microempresa se atrevió a señalar que esta dispuesto ha debatir con los viceministros sobre los conocimientos de los profesionales de la institución pública, sobre producción.

“...No están haciendo nada, absolutamente nada, para cumplir con lo que predican”, reclama.

El productor orureño señaló además que se va desesperanzado e incluso en su rabia y molestia aseguró que no se quedaría así, porque para producir tuvo que prestarse dinero del Banco de Desarrollo Productivo.

“Me he prestado, todo está en mis productos de exportación, me encuentro con 200 charangos en frontera y no puedo llevar ni un producto”, reclamó.

El artesano y productor estipuló que su contrato en Argentina se vence en siete días, y teme que si no cumple nunca más tendrá un contrato con los empresarios del vecino país rioplatense, confiaba en que el Gobierno boliviano iba a ayudarle en la exportación, pero hasta la fecha no recibió ningún respaldo.

Remarcó que esta es una muestra de las acciones negativas en contra los 8 microempresarios que se quedaron con sus productos en el sur del país.

“A la fecha estamos dos meses queriendo hacer ingresar nuestros productos de forma legal, tras haber cumplido todos los requisitos para exportar, y empezaron, primero, por formalizar las unidades productivas”.

Pero sólo encontraron trabas en el lado argentino, y decepcionado dijo que mejor es trabajar en el mercado negro.

El representante del sector advirtió que si en siete días no se soluciona el problema y los productos no ingresan a la Argentina por un contrato roto, vendrán a La Paz a romper los charangos en plena plaza Murillo.

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