La Idea de Negocio debe ser la la solución de un problema que sea importante para clientes potenciales. Muchos empresarios cometen el error de pensar en los detalles técnicos del producto cuando se refieren a una "solución". Los inversores no piensan así. Lo primero que éstos tienen en cuenta es la perspectiva del mercado y del cliente. Para ellos, el factor clave es el valor para el cliente; todo lo demás tiene una importancia secundaria.
Cualquiera que diga: "Nuestra nueva maquinaria puede realizar 200 operaciones cada hora", o "Nuestra nueva máquina tiene un 25% de piezas menos", está pensando sólo en el producto. En cambio, quien dice: "Nuestra nueva maquinaria le ahorra al cliente un 25% de su tiempo y, por lo tanto, un 20% de costes", o "Con nuestra solución, usted puede aumentar su producción en un 50%", está adoptando el punto de vista del cliente. En otras palabras, el producto o servicio es un medio de ofrecerle valor al cliente, nunca de ofrecer valor en sí mismo.
El valor que un producto o servicio tiene para el cliente viene determinado por lo que dicho producto o servicio tiene de nuevo o de mejorado, en comparación con otras soluciones alternativas. Es, por lo tanto, un medio esencial de diferenciación y un elemento decisivo para el éxito que nuestra Idea de Negocio pueda tener en el mercado. También debemos, en la medida de lo posible, expresar en cifras el beneficio que obtendrá el cliente.
Según la teoría de Marketing, el valor para el cliente debe a menudo expresarse en términos de una "Propuesta única de Venta”, conocida en inglés como USP (Unique Selling Proposition). Tenemos aquí dos aspectos. En primer lugar, la Idea de Negocio debe ofrecerse a los clientes de una manera (propuesta de venta) que tenga sentido para ellos. Muchas compañías nuevas no llegan a ninguna parte porque sus clientes no son capaces de comprender las ventajas del producto, y, por lo tanto, no lo compran; además, no se les puede reprochar por ello. En segundo lugar, la oferta debe ser excepcional. el cliente debe elegir nuestra oferta de entre todas las que se ofrecen en el mercado. Por ello, debemos convencer al cliente de que nuestro producto o servicio ofrece más ventajas o más valor que los otros. Sólo entonces elegirá el cliente nuestro producto. Es difícil arrastrar a la gente para que abandone aquello a lo que está acostumbrada o con lo que se siente cómoda. Un cliente potencial que está interesado en un nuevo producto, lo primero que hace es ver lo que ofrecen los fabricantes bien establecidos y conocidos. Lo más sencillo para convencerse de la verdad que contiene esta afirmación es, simplemente, analizar nuestra propia conducta como consumidores.
Cuando describamos nuestra Idea de Negocio, no tenemos todavía que presentar una USP plenamente madura, sino sólo dejar muy claros sus principios. Ya tendremos tiempo de completarla más adelante, cuando estemos trabajando en el Plan de Negocio
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