La producción de bloques de hormigón no es para nada un trabajo fácil. A Soledad, a un principio, le costaba manejar las pesadas masas de 20 x 40 centímetros de alto y 15 de ancho; también conseguir mano de obra responsable y comercializar sus productos, lo mismo que “hacer que la gente adquiera un producto nuevo...”.
"Muchas veces me preguntaron: ‘¿por qué haces cosas de varón?’. No entienden que a mí me gusta la construcción, disfruto al hacerlo y me siento feliz al ver que utilizan mis productos”.
Estas son las palabras de Soledad Ortiz Daza (25), constructora civil y, además, técnica en Pavimento Rígido de la Fundación Educación Para el Desarrollo (FAUTAPO), que fabrica bloques de hormigón para la venta.
Un camino duro
Esta joven emprendedora cuenta a CAPITALES que siempre le gustó todo lo relacionado con la construcción, por eso empezó a fabricar bloques de hormigón. Una actividad a la que se dedica desde hace tres años, aunque no ha sido fácil para ella: tuvo que abandonarla en 2013 debido a la falta de recursos económicos y a una máquina mezcladora.
En 2014 retomó el negocio gracias al Programa de Mujeres Emprendedoras, dependiente de la FAUTAPO, que la asesoró técnicamente y la ayudó con un pequeño capital. Arrancó con casi 5.000 bolivianos y, desde entonces, trabaja sin interrupciones.
Hoy asegura que le va muy bien, después de que, naturalmente, a un inicio los potenciales compradores desconocían su producto y la ubicación de su tienda de comercialización. Poco a poco sentó presencia en el rubro.
Un proceso complicado
La producción de bloques de hormigón no es para nada un trabajo fácil. A Soledad, a un principio, le costaba manejar las pesadas masas de 20 x 40 centímetros de alto y 15 de ancho; también conseguir mano de obra responsable y comercializar sus productos, lo mismo que “hacer que la gente adquiera un producto nuevo cuando desde hace décadas está acostumbrada a utilizar otros”.
El proceso de fabricación consiste en preparar la mezcla, vaciar en moldes, desencofrar y dejar fraguando unos siete días, en los que se debe regar constantemente con agua para lograr la “curación”.
Hoy en día, Soledad Ortiz trabaja con tres obreros permanentes y dos temporales, dependiendo de la cantidad de pedidos que tenga. Por el momento su fábrica y su tienda funcionan en una casa alquilada; una de sus metas, a corto plazo, es tener algo propio.
En este pequeño pero prometedor emprendimiento se fabrican diariamente entre 80 y 100 bloques, que están listos para la venta en una semana. Cada unidad se comercializa en 4,50 bolivianos.
Soledad se levanta todos los días a las 7:00, abre su tienda y luego visita empresas constructoras a las que ofrece su producto. Más tarde, atiende los pedidos.
Sueños que se cumplen
La emprendedora anima a los jóvenes como ella a perseguir sus sueños: “No tengan miedo a comenzar en algo que no han experimentado; lo importante es intentar y perder el temor. A un principio siempre será difícil, lo importante es perseverar con lo que nos gusta hacer”, dijo.
Su tienda, denominada “ODZ, Venta de Materiales de Construcción y Servicios”, está ubicada en Villa Armonía, en el cruce de la Circunvalación con la avenida Atahuallpa sin número, casi frente a una agencia de cemento. Se reciben pedidos en los teléfonos celulares 73434514 y 68297441.
Beneficios de los bloques de hormigón
- Reduce los tiempos de construcción.
- Requiere de menor demanda de mano de obra.
- Necesita menor cantidad de mezcla para pegar bloques (concreto).
- Permite prescindir del revoque grueso.
- Admite la aplicación de diferentes revoques fino y texturas plásticas,
- La estructura hueca de su interior permite el paso de cañerías de todos los servicios y no es necesario romper el muro trabajado.
- Promueve el paso de hierros estructurales (vigas y columnas) y la colocación de materiales de aislación térmica.
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