Cuando la competencia en su rubro se volvió demasiado ajustada, Victoriano Ríos miró un horizonte que le permitiera seguir haciendo lo que mejor sabía, pero donde el mercado fuera sólo para él.
Carpintero de profesión, durante algunos años vivió en Santiago, la capital de Chile, y allí aprendió un oficio que al regresar a Bolivia fue el detonante para la idea que lo ayudó mantenerse en vigencia: la construcción de saunas de madera aptas para ser transportadas.
"En la mueblería, en la carpintería hay demasiada competencia desleal, no había forma de sobrevivir con eso. Entonces, como yo trabajé en Chile haciendo cabañas y saunas prefabricadas (allá, la mayoría de los diseños arquitectónicos ya vienen con las saunas prefabricadas) yo decidí tratar de imponer esa idea aquí”, cuenta el emprendedor.
La dura clientela
Cuando un innovador busca potenciales clientes y les ofrece un producto o servicio que al parecer no es tan necesario y, además, se asume que conlleva cierta complicación en su uso, no confía en él, a menos que lo vea funcionar sin problemas.
A ese desafío debió y aún debe enfrentarse Victoriano Ríos, pero con creces supera las expectativas de sus clientes. "Encontraba a alguien y le decía ‘tú paga la madera y yo hago el trabajo de construir la sauna’, pero la gente no me creía; en Bolivia la gente ve y luego cree”, asegura.
Hubo un cliente que lo contrató para la instalación de una cabaña prefabricada (un espacio que puede ser desarmado y vuelto a armar por el usuario sin problemas) y fue animado por el carpintero para también contar con una sauna. Ríos, que todavía no tenía muestras de su trabajo, le mostró el resultado en páginas web de otros países.
La fabricación de cabañas no era un producto que convenciera a mucha gente, ya que se trata de un gusto aparte para las personas que además tienen una determinada soltura económica, aún así la empresa Ecosauna instaló nueve cabañas en Bolivia.
Las saunas, al responder a una necesidad de cuidado de la salud, tienen un mayor mercado.
La oferta variada
Ecosauna hace saunas domiciliarias armables para dos, cuatro, seis y ocho personas. Una con capacidad para dos personas tiene un precio de 1.200 dólares, mientras que una para ocho personas cuesta 2.100 dólares.
"Son tres tipos de madera los que se utilizan para saunas, algunos clientes me han sugerido que se las haga en roble, en tajibo y otras maderas. Pero las maderas ideales que se utilizan son el molle, el eucalipto y el pino por su aromaterapia”, explica Ríos, quien consigue la madera de plantaciones industriales o importación, ya que la venta de molle está prohibida en el departamento de Cochabamba.
La instalación se hace sin costo si ésta es en la ciudad de Cochabamba. Pero la familia Ríos ya ha instalado saunas en La Paz, Oruro y en Tarija; en estos casos el precio se incrementa debido al transporte y estadía de los trabajadores en otra ciudad.
El adicional de la oferta de Ecosauna es la dotación de un caldero de acero inoxidable a vapor, diseñado y fabricado exclusivamente por los Ríos, el cual tiene una garantía de funcionamiento óptimo de 10 años. "Con un buen mantenimiento puede durar hasta 15 años”, asegura el emprendedor.
Gracias a su experticia, pueden instalar saunas en el lugar que pidan sus clientes, sea al interior o exterior de las casas. "Es un trabajo familiar que hemos empezado mi esposa, María Pérez, mis hijos y yo, tenemos también algunas personas que nos ayudan”, asevera Ríos.
Para mayor información y contactos, Ecosauna atiende en la línea 73612884 y en ecosauna75@gmail.com
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