Está probado que los emprendimientos surgen por la oportunidad de mercado o por la necesidad de obtener ingresos propios. A través de las actividades emprendedoras se genera autoempleo y se puede lograr un desarrollo socioeconómico alternativo.
Dentro del mercado, los emprendimientos deben ser competitivos como acto de subsistencia y, además, deben contribuir al crecimiento económico de las regiones; por tanto, las actividades emprendedoras deben contar con micro y macro entornos capaces de generar condiciones para fomentar su desarrollo.
Respecto al microentorno, en Sucre, de una muestra de 400 dueños y dueñas de pequeños emprendimientos se evidencia que las motivaciones para emprender son: la superación personal (74%) y la generación de autoempleo (67%).
Por otro lado, la mayor parte (84%) de los emprendedores y emprendedoras no realizan ningún estudio técnico o empírico para conocer el macroentorno y empezar el negocio. Este hecho hace que se presenten problemas a los que se enfrentan los emprendedores, como la dificultad de financiamiento (31%) y dificultades en las tramitaciones de apertura y de tributación (65%).
La manera en que nace una idea de negocio, en solitario y sin asistencia técnica son aspectos que hacen que los emprendimientos no sean permanentes en el mercado, no generen valor agregado y tengan bajo impacto para el crecimiento local.
Por su parte, las políticas públicas deben ser cursos de acción vinculados a un objetivo socioeconómico; pueden mejorar el macroentorno de los emprendimientos y luego vincular a este con el microentorno para incidir en el crecimiento económico. Es decir, las políticas públicas deberían actuar como una bisagra entre ambos entornos, de manera que el desarrollo de emprendimientos sea competitivo y genere un efecto multiplicador a través de inversiones, empleo e ingresos.
Sin embargo, las políticas públicas municipales de Sucre no evidencian este vínculo y, como consecuencia, el fomento para los emprendimientos es insuficiente y tiene una incidencia mínima en el crecimiento económico de la región. La planificación operativa municipal en los últimos cuatro años presentan menos del 2% del total del presupuesto programado para el fomento de emprendimientos.
Por ello, los aspectos del macroentorno que las políticas públicas deberían tomar en cuenta son:
Regulación: En cuanto a tiempo y costos de tramitaciones, tributaciones y patentes para apertura de negocios.
Innovación: Que implica aplicación de políticas de financiamiento, políticas de transferencia de innovación y tecnología, y políticas de asistencia técnica.
Los aspectos de microentorno están relacionados con:
Necesidad: Condiciones de autoempleo, complementación de los ingresos familiares.
Oportunidad: Intensidad de la demanda, tamaño de la competencia.
Cultura: Femineidad y masculinidad; individualismo y colectivismo; tradición familiar.
Tanto en el aspecto de macro y de micro entorno es importante establecer alianzas estratégicas entre la universidad, gobiernos municipales, la sociedad y el sector empresarial, de manera que se proporcione información sobre el microentorno, se transfiera conocimiento para la mejora del macroentorno y se consoliden políticas eficientes para vincular ambos entornos.
Las políticas públicas deben ser cursos de acción vinculados a un objetivo socioeconómico; pueden mejorar el macroentorno de los emprendimientos y luego vincular a este con el microentorno para incidir en el crecimiento económico. Deberían actuar como una bisagra entre ambos entornos, de manera que el desarrollo de emprendimientos sea competitivo y genere un efecto multiplicador a través de inversiones, empleo e ingresos
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