Víctor Küllmer dice que en el mundo sobra capital y lo que faltan son buenos proyectos dirigidos por buenas personas. Sus palabras tienen el peso de la experiencia. Estudió en la Escuela de Negocios de Harvard y fue docente durante 50 años y cofundador de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile (UAI), la mejor escuela de negocios en Latinoamérica, según el ranquin 2012 que publicó América Economía.
Küllmer disertó en un taller sobre emprendimiento organizado por estudiantes de la UAI en Bolivia. El académico asegura que cualquier persona puede ser emprendedora y sin capital.
“Debe tener una propuesta de valor que le interese a los capitalistas”, recomienda. El experto argumenta que existe un crecimiento de personas emprendedoras en Sudamérica debido a que las universidades están cambiando de enfoque al “enseñar habilidades y no solo conocimiento”. Küllmer destaca que el emprendedor ve una oportunidad de negocio por ejemplo, en las trabas burocráticas; es proactivo al concretar ideas y sueños a una realidad que satisfaga las necesidades específicas de consumidores y tiene una visión amplia de la sociedad con formación interdisciplinaria.
Por su parte, el director de la Fundación Trabajo-Empresa, entidad que ayuda a jóvenes sin empleo, René Salomón cree que el emprendedor aún tropieza con trabas de acceso a financiamiento y poca formación empresarial.
Capacitación
Universidad Adolfo Ibáñez
Ubicación: Chile y EEUU
Carreras: Ingenierías, ciencias y MBA
Inició en 1953 con la primera Escuela de Negocios de Sudamérica.
Cuenta con más de 6.000 estudiantes de pregrado y 2000 en posgrado.
Tiene convenios con más de 20 universidades
Análisis
Hay que detectar, retener y motivar a los innovadores
Roberto Bulgarini | Docente Chileno
Ser innovador significa ser una persona neutra en lo que se observa. Los niños tienen esa neutralidad y por eso tienen una gran etapa creativa permanente y van plasmando cosas. Para que un emprendedor innove, tiene que formar equipos. Dentro de la organización hay emprendedores que hay que saber detectarlos, retenerlos y motivarlos porque ellos son el talento que puede crear nuevos negocios. Cuando innovas buscas un alto impacto. Es cambiarle la vida a cientos de personas. Muchas veces pensamos que los nuevos negocios se producen cuando existen grandes inversiones.
Sin embargo, hoy en día hablamos de negocios de átomos y de ‘bytes’. El negocio de átomos requiere mucha inversión en capital, en cambio el negocio de bytes necesita de un par de locos metidos en un garaje motivados en hacer algo. Hoy en día los servicios son negocios de byte. No necesita infraestructura, pero sí talento.
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