Siguiendo el principio de que no pueden haber empresas exitosas en sociedades fracasadas, surgió la tendencia de los negocios inclusivos. Según Julio Garrett, Director para Bolivia del Servicio Holandés de Cooperación al desarrollo (SNV), ''Son iniciativas que permiten a las empresas devolver algo a la sociedad, trascendiendo la generación de empleos y el pago de impuestos. Les dan la oportunidad de adoptar un papel activo en búsqueda de soluciones para luchar contra la pobreza y disminuir la equidad social''. A través de los negocios inclusivos, comunidades de bajos ingresos pueden vincularse a las cadenas de valor de estas empresas, como proveedores o consumidores, en una relación donde ambos ganen.
preconceptos. El nombre no lo dice explícitamente, pero se supone que por el simple hecho de ser un negocio, siempre debe generar rentabilidad y por lo tanto sostenibilidad en el tiempo. Los negocios inclusivos han sido tildados por algunas personas como ''intentos fallidos'', por culpa de algunas malas experiencias con subvención de por medio. “Se supone que ambas partes deben ganar, es una relación win/win, si una empresa hace un negocio inclusivo pensando que tiene que subvencionar, simplemente está haciendo filantropía. La sostenibilidad de un proyecto se basa necesariamente en las fuerzas del mercado”. Los negocios inclusivos a veces fracasan porque han estado mal diseñados o porque, como todo negocio, también tienen derecho a fracasar, “Siempre hay un nivel de riesgo”, explica Julio Garrett.
''los negocios inclusivos permiten a las empresas jugar un rol importante en la lucha contra la pobreza''.
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