Miles de comerciantes se desplegaron ayer en cercanías de la ruta del Dakar, que iba desde el Desaguadero hasta la Ceja, para aprovechar la masiva cantidad de espectadores que se asentaban para observar la competencia.
“Tenemos que aprovechar, cuando viene semejante cantidad de gente se puede hacer plata”, afirmó doña Teresa, vendedora de tajadas de sandías en la avenida Juan Pablo II.
La variedad de productos se podía observar desde diferentes tipos de alimentos, ropa, globos, juguetes, banderas y, en algunos casos hasta ofertas de material escolar.
LARGA ESPERA
Gran parte de los negociantes se asentaron en el piso, pero muchos trajeron mesas y otros materiales para una mejor atención a los clientes, en el caso de las comidas, otros simplemente rondaban el sector en busca de convencer a los observadores de efectuar algunas compras.
Muchas personas se encontraban aguardando a los competidores desde muy temprano en la mañana, pese a que un anuncio indicó que el paso de los motorizados se efectuaría en horas de la tarde y así mismo, “hay que aprovechar”, repetían los comerciantes.
OBSERVADORES
Por las avenidas y calles de la ruta de la competencia muchas familias, parejas y grupos de amigos veían la competencia comiendo desde puestos de comida, ventanas de edificaciones altas, otros desde los televisores de restaurantes y así mismo estirando las piernas tratando de evadir la cabeza de otros espectadores, al paso de la primera moto que se presentó por El Alto.
Asimismo, muy pocos eran los que vestían gorras y poleras con el logo de la competencia ya que el frío mantuvo a todos con abrigos y ponchos.
VENTA EN FAMILIA
Varios de los comerciantes han estado presentes en las dos presentaciones que el Dakar tuvo en La Paz, en su paso por El Alto y, al igual que muchos vendedores, éstos no vienen solos.
“Está también mi hija, en el puesto de al lado porque no hay que perder la venta, mis otros hijos también están ayudando, uno está trayendo la carpa”, afirmó Ángela, una vendedora de comida.
Como muchos, doña Ángela empezó con puesto pequeño en él piso y luego fue adquiriendo material poco a poco.
“Estos eventos que son grandes como el Dakar, me ayudan a vender y yo me voy comprando mesitas, carpas, de a poco me voy armando”, indicó la vendedora.
Doña Ángela le ha enseñado a su hija que debe aprovechar estos acontecimientos con asistencia de miles de personas ya que de esa forma también puede ganar algo de dinero para invertir en sus estudios.
“Mi hija estudia peinados y con lo que gane hoy puede comprar sus materiales, mi otra hija menor también me está ayudando e igualmente está aprendiendo”, agregó.
Sólo en el evento del Dakar, las comerciantes estiman ganar al menos 200 bolivianos.
HIGIENE
“Cuando hay estos eventos donde viene la gente extranjera, siempre traigo mis guantes, mandiles, cobertores de brazo, me recojo el cabello porque ellos exigen también la limpieza, entonces compro los artículos para dar esa buena imagen”, indicó Ángela.
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