martes, 2 de mayo de 2017

La capacidad de reinventarse y emprender a partir de los 50


Desprenderse de los prejuicios, dejarse llevar por la curiosidad y mostrar una actitud positiva ante la necesidad y/ o la posibilidad de dar un paso más, son los principales hilos que agitan la voluntad de aquellos que, a sus más de 50 años de edad, deciden lanzarse al vacío y emprender su propio negocio.

La jubilación, la dificultad de acceder a ofertas de empleo o la necesidad de sentirse vivos es lo que lleva a este sector de la sociedad a reiventarse una y otra vez. Ellos, los que ya han vivido más de medio siglo, lo tienen claro: nunca es tarde para volver a empezar.

"Si te reinventas a cada rato siempre tienes un objetivo, siempre tienes una meta, siempre tienes un desafío, y eso es lo que realmente te hace correr más rápido”, asegura Eduardo Maclean, cirujano de profesión y, a sus 65 años, gerente general de Quality Cars por pasión.

"Tenemos que hacer algo, porque yo creo que es un mal que está afectando a la sociedad, el creer que son muy viejos para emprender, especialmente cuando el emprendimiento es la única opción que tienen para reinventarse”, cuenta, por su parte, el ingeniero de espíritu emprendedor Jorge del Carpio, quien a sus 60 años se ha embarcado en la apasionante aventura de las apps.

Historias de vida

Maclean pasó de dedicar su vida a la medicina a brindar más tiempo tanto a su familia como a si mismo. A sus 48 años abandonó Brasil, donde desempeñaba desde hacía tiempo -y durante muchas horas al día- la labor de cirujano pediatra, para volver a su patria, Bolivia.

"Me di cuenta que no conocía a mi mujer y no conocía a mis hijos, entonces decidí que ya había cumplido una etapa de mi vida y no quería continuar con ese ritmo”, comenta.

Una vez en Bolivia trabajó con el Banco Mundial, abrió su propia consultora y, más tarde, emprendió su propio negocio de aluminio, donde importaba ese material de Chile y lo distribuía en el país ya que, bajo su punto de vista, siempre hay que tener lo que él llama "una pista de aterrizaje” es decir, algún negocio que te sirva como respaldo por si en algún momento dejas algunas de las otras cosas que aportan plata a tu bolsillo. Y, a pesar de que no es ingeniero, formó parte del directorio de la Ferroviaria Andina durante 15 años, donde se desenvolvió bien, ya que se considera un "mecánico de afición”.

"Creo que ese es el gran secreto de un emprendedor: primero, buscar una pista de aterrizaje y luego involucrarte en lo que estás haciendo porque te gusta y lo haces bien y, además, aprendes”, afirma desde su oficina de Quality Cars en La Paz, empresa que abrió hace 5 años donde se comercializan automóviles de la marca SsangYong y motocicletas Vespa, el gran ícono de Europa.

Mientras que a Maclean le mueve la pasión por los autos y ya está pensando en su próximo negocio de coches antiguos, del Carpio siempre ha estado agitado por la necesidad de hacer cosas diferentes y dar soluciones innovadoras y simples a problemas tradicionales. Junto a un amigo que le acompaña en esta apasionante aventura, acaban de llevar a la acción su nueva idea: Quick Catalogue, una aplicación que ayuda a las empresas a crear catálogos de forma rápida y sencilla electrónicamente y que, con tan solo 3 meses de vida está teniendo una gran acogida en sectores como el automotriz, el alimenticio o el de bienes raíces.

"El catálogo impreso todavía es un instrumento de marketing directo, pero formidable”, asegura entusiasmado. "Las empresas tienen activos fijos y este catálogo permite catalogarlos de una empresa. La empresa se había sistematizado en lo que es control de inventarios, cálculos... pero no se había catalogado”.

Además, del Carpio, a quien la experiencia le ha llevado a conocer de cerca las necesidades del mercado, ya le ha visto una nueva arista a su negocio: la famosa nube. Quick Catalogue Cloud va a permitir que la gente, además de hacer catálogos, los pueda compartir en las diversas plataformas de Internet.

"Catálogos, un concepto antiquísimo que renace gracias a una necesidad”, sostiene.

Cuestión de actitud

A pesar de la crisis que supone entrar a una edad marcada por el medio siglo de edad, los empresarios de más de 50 años sostienen que emprender a esta edad es una cuestión de actitud personal. Pulir la mentalidad es un factor clave para hallar la motivación, el impulso necesario para dar el salto.

"Tenemos que empezar a romper prejuicios. Nunca es tarde para emprender; nunca es tarde para aprender a ser más creativos; nunca es tarde para ser curioso; nunca es tarde para lanzarse a buscar partners entretenidos; nunca es tarde para probar”, manifiesta rotundo del Carpio.

"Cada día tienes un desafío, cada día tienes algo nuevo que hacer. Creo que es algo que tiene que ver con cómo encaras tu vida”, afirma, por su parte, Maclean.

Además, llega una edad en la que emprender tiene sus ventajas, ya que la persona está plagada de vivencias, experiencias y, por ende, de conocimiento. Entonces, ¿por qué tener miedo?

Según del Carpio, un emprendedor a los 50 tiene una ventaja sobre el emprendedor joven desde el punto de vista del manejo del riesgo ya que uno arriesga con "más cordura”.

"Eso es clave, porque el temor al riesgo y, en consecuencia al fracaso, es el primer factor anti emprendedor”, asevera.

Otra de las ventajas es que los que sobrepasan la barrera de los 50 ya se han liberado de gran parte de sus responsabilidades con sus hijos, hipotecas... Es como una curva que vuelve al mismo lugar que cuando se es joven, ya que hay ciertas cosas en la historia que se repiten.

Otro factor que juega a favor de los emprendedores mayores de 50 es la red de contactos que han creado durante el paso de los años.

A pesar de que el viento sopla a favor, hoy en día existe todavía un prejuicio, tanto personal como general, en cuanto a la edad. Sin embargo, los 50 es una edad perfecta para emprender y convertir un hobby en una forma de vida.

"Es muy difícil para una persona mayor buscar un empleo, pero si hay algo que sabes hacer bien, dedícate a eso, aunque sea chiquito, porque si lo haces bien vas a seguir creciendo poco a poco. Ese es uno de los grandes secretos, dedicarte a algo con lo que te sientes bien y que te hace levantarte todos los días no con flojera, sino con apuro de ir a hacer lo que realmente te gusta”, afirma Maclean con una gran sonrisa.

La curiosidad es la que mueve -a un ritmo vertiginoso- el mundo. Aún hay grandes cosas por hacer, por lo tanto existe la posibilidad de ver una carencia, algo que se pueda mejorar y convertirlo en una oportunidad para desarrollar algo de alto impacto y de un crecimiento exponencial.

"Yo había identificado un mal, que es hacer catálogos, ya que es algo muy complicado y entonces ofrecí una solución, lo cual quiere decir que a los 50 tienes una serie de potenciales de las que no te habías dado cuenta porque nunca pensaste que podrías emprender, siempre pensaste que tenías que ser un empleado y ahora nadie te da un empleo” concluye del Carpio.

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